La deshidratación causa una de cada cinco visitas al hospital de personas mayores en verano

Los expertos recomiendan aumentar en medio litro el consumo diario habitual de líquido y extremar el cuidado frente al sol

La deshidratación es una de las causas más frecuentes de hospitalización de personas mayores de 65 años; de hecho, una de cada cinco visitas durante el verano de 2011 fue debida a este problema. Según el doctor Juan Macías, presidente de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG) "debe intentarse aumentar la ingesta habitual de líquido en medio litro. No tiene por qué ser únicamente agua; es conveniente incluir en la dieta zumos, caldos, preparados licuados de verduras y frutas, granizados, helados o gelatinas, etcétera".

Algunas de las causas que favorecen esta deshidratación no son del todo conocidas por este sector de la población. A los cambios anatómicos y funcionales en el riñón hay que sumar la posible interacción de fármacos con nutrientes, así como la absorción de minerales, la pérdida de la capacidad de tener sed y la toma de diuréticos o laxantes. En palabras del doctor Macías, "debe tenerse en cuenta la situación general del paciente antes de recomendarle, por ejemplo, reducir el consumo de sal.

La deficiencia de sodio es generalizada entre las personas mayores, pero a menudo no se diagnostica. Muchas personas mayores no son conscientes del peligro de una dieta baja en sal y tratan de reducir su consumo porque creen que es beneficioso para su salud. En realidad, reducir la sal sin prescripción facultativa puede ser potencialmente peligroso. El resultado puede ser hiponatremia (bajos niveles de sodio en la sangre) que deriva en fatiga, dificultades de concentración y pérdida de equilibrio".

Otras recomendaciones

Los geriatras también alertan de la necesidad de extremar el cuidado frente al sol, al igual que se recomienda a los niños. Se aconseja utilizar cremas de alta protección y evitar la exposición al sol en las horas centrales del día. "Los mayores no tienen costumbre de proteger su piel de la agresión solar y muchos de ellos sufren dermoporosis, un proceso por el cual la piel va perdiendo consistencia y se hace más frágil y susceptible al daño de agentes externos", cuenta el doctor.

En lo relativo a la práctica de deporte durante los meses de verano, lo importante es evitar las horas de máxima exposición al calor. "Lo recomendable es hacer ejercicio a primera hora de la mañana o última de la tarde, momentos ideales para salir a dar un paseo por lugares con sombra", añade el doctor Macías. "Además, en verano hay más fácil acceso al baño, especialmente en piscinas, siendo además la natación un ejercicio recomendable, también evitando las horas de máxima potencia del sol".

Con estas y otras recomendaciones, del 15 de junio al 15 de septiembre diversas Consejerías de Sanidad han puesto en marcha el "Plan de Alerta y Prevención de los Efectos sobre la Salud de las Olas de Calor".

Control de la tensión

La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) aconseja a los pacientes hipertensos y sus cuidadores viajar siempre con el tensiómetro y no olvidar la medicación prescrita en casa. "Además de cumplir con la medicación, es muy importante que se tomen la presión arterial una vez a la semana y que se pesen con la misma frecuencia para que los kilos que se ganen no le pillen por sorpresa", explica su presidenta, la doctora Nieves Martell.

En esta época del año aumenta un 20 por ciento la prevalencia de incumplimiento terapéutico, una de las principales causas del fracaso en la consecución de los objetivos de salud. Se calcula que ocho de cada diez pacientes hipertensos interrumpe total o parcialmente su tratamiento durante las vacaciones estivales. Como consecuencia, el paciente corre el riesgo de tener problemas cardiacos como una angina, un infarto o insuficiencia cardíaca, así como problemas cerebrales como ictus (trombos o hemorragia cerebral) o insuficiencia renal (a veces hasta llegar a diálisis, más frecuente en hipertensos diabéticos no controlados...).

Durante estos meses los pacientes presuponen que la relajación propia de las vacaciones puede disminuir las cifras de presión arterial y que, por tanto, su necesidad de tratamiento es mucho menor. Esto, sumado al hecho de que el calor generalmente produce un descenso de la "tensión" hace que los pacientes adopten decisiones por su cuenta y riesgo sobre su medicación.