Dolor de garganta y afonía: afecciones típicas del invierno

En la mayor parte de los casos el proceso es transitorio y, aunque molesto, se trata de un trastorno leve

A partir del otoño, y durante el invierno, se produce un aumento de las afecciones del tracto respiratorio superior: gripe, resfriado, faringitis, laringitis, amigdalitis, otitis, sinusitis... Estas afecciones constituyen una de las principales causas de baja laboral y absentismo escolar. El dolor de garganta es un síntoma provocado generalmente por un proceso a nivel de la faringe (faringitis) o la laringe (laringitis). En la mayor parte de los casos el proceso es transitorio y, aunque molesto, es leve. El dolor suele ir acompañado de picor y sequedad que origina dificultad para tragar y cuando la laringe se ve también afectada y se inflama se acompaña de afonía (pérdida de voz).

Causas

  • Procesos infecciosos: la faringe no es un medio estéril, ya que está en contacto directo con el exterior. En personas sanas no constituye un problema, pero ante una disminución de las defensas, los virus o las bacterias se multiplican y pueden producir faringitis infecciosas.

? Virus: los virus causan aproximadamente el 80 por ciento de las faringitis tanto en niños como en adultos. Además pueden predisponer a una sobreinfección bacteriana. Los virus que con más frecuencia producen estos cuadros son los causantes del resfriado común y de la gripe: Rhinovirus, Coronavirus, Adenovirus e Influenzavirus. Otros causan cuadros bastante típicos como son la mononucleosis infecciosa (virus de Epstein-Barr o citomegalovirus), la herpangina y enfermedad mano-pie-boca (virus Coxsackie A) o la gingivitis herpética (virus del herpes). También pueden causar infección el virus del sarampión, de la rubéola, de la parotiditis, etc.

? Bacterias: la mayor parte de las faringitis bacterianas, que afectan a niños en edad escolar y adolescentes, están causadas por estreptococos, concretamente por el Streptococcus beta-hemolítico del grupo A (Streptococcus pyogenes). Existen diferencias que permiten distinguir si el dolor de garganta es de origen vírico o bacteriano (ver cuadro adjunto).

? Hongos: los hongos no suelen producir infecciones de la faringe a no ser en pacientes inmunodeprimidos (en tratamiento por cáncer, trasplantados o con sida)

FARINGITIS VÍRICA

FARINGITIS BACTERIANA

Fiebre leve o ausencia

Fiebre elevada: > 38 ºC

Sin secreción de pus en la garganta

La secreción de pus es frecuente

A cualquier edad

En la edad escolar predominantemente

Dolor poco intenso

Dolor intenso

Presentación gradual

Presentación brusca

  • Procesos inflamatorios: debidos a procesos alérgicos, mecánicos, un uso excesivo de la voz o agentes químicos. La sequedad en el ambiente por calefacción o aire acondicionado es una de las causas frecuentes de faringitis. Los irritantes externos como el polvo, el humo del tabaco, el alcohol, o el abuso excesivo de vasoconstrictores nasales ejercen un efecto similar. Esta acción irritante puede además estimular la aparición de tos.

  • Otros: procesos tumorales, neurológicos o autoinmunes, así como pacientes con asma y en tratamiento con corticoides inhalados presentan mayor predisposición a padecer tos, dolor, afonía, irritación y sequedad, incluso a sufrir sobreinfecciones por hongos.

Tratamiento

Ante un dolor de garganta o una afonía es habitual acudir a la farmacia. El farmacéutico recoge la máxima información posible en cuanto a la edad, los síntomas, la aparición brusca o gradual de los mismos, si es una mujer embarazada o en periodo de lactancia, si toma otra medicación, si tiene enfermedades de base como diabetes, alergias, problemas cardiacos, respiratorios, renales, etc., de manera que se discrimine la causa que origina la afección.

Según la causa que las provoca, existen dos tipos de tratamiento:

• Sobre la causa de la infección: cuando existe infección bacteriana.

• Sobre los síntomas: cuando se trata de infecciones virales y afecciones por otras causas como irritación, sequedad, etc.

Independientemente de la causa, es necesario instaurar una serie de medidas higiénico-sanitarias que ayudan a paliar y mejorar los síntomas además de limitar el contagio:

  • Proteger la boca y la nariz con pañuelos al toser o estornudar. Preferiblemente pañuelos desechables.
  • Lavarse bien las manos, con frecuencia cuando se manipulan alimentos, se tiene tos, se sufre un resfriado, etc. El lavado se hará con agua y jabón o con soluciones hidroalcohólicas.

  • No permanecer en ambientes cargados.

  • Evitar la exposición al aire acondicionado y a la calefacción excesiva.

  • Protegerse del frío y evitar los cambios bruscos de temperatura ambiental.

  • Ventilar adecuadamente las habitaciones y usar humidificadores.

  • Evitar el tabaco y el alcohol.

  • Evitar las comidas picantes, copiosas o muy calientes.

  • Ingerir alimentos de consistencia blanda o pastosa.

  • Aumentar el consumo de líquidos (tibios o fríos, no calientes) para hidratar, evitando los zumos cítricos pues son muy ácidos e irritantes.

  • No realizar un uso abusivo de la voz, evitando hablar o, si se habla, haciéndolo en voz muy baja.

  • Tomar caramelos suavizantes y bebidas endulzadas con miel.

Además de estas medidas, el farmacéutico puede instaurar un tratamiento encaminado al alivio de los síntomas. Esto contribuye a acortar el curso de la enfermedad, a prevenir las complicaciones y a evitar la diseminación de la misma. Los tratamientos sintomáticos más adecuados son de aplicación local:

- Colutorios: son preparados que ejercen una acción local sobre la garganta. Para su correcta administración se realizarán enjuagues, gargarismos o, a veces, toques con una espátula,  dependiendo de si lo que queremos tratar es una lesión en la mucosa de la boca o molestias y dolor al tragar. No deben ser ingeridos y conviene no tragar saliva durante algunos segundos.

- Gargarismos: son líquidos de aplicación local destinados al lavado de la garganta que no deben ser ingeridos. Con la cabeza situada hacia atrás y la solución en la boca, se realizaran gargarismos durante unos 30 segundos. Ésta es una aplicación interesante para infusiones de plantas con acción suavizante y antiinflamatoria. Los gargarismos y los colutorios pueden ser usados por diabéticos gracias a que no se ingieren.

- Aerosoles: se aplican en forma de nebulizaciones varias veces al día. Son útiles sobre todo en la población pediátrica ya que es difícil que los niños realicen enjuagues o gargarismos de forma adecuada.

- Comprimidos bucofaríngeos: son formas sólidas que ejercen acción local al disgregarse lentamente en la boca. Esto provoca un exceso de saliva, cuyo contenido en lisozima e IgA une a la acción del medicamento cierto  poder antimicrobiano e inmunitario.

Tratamientos alternativos

Existen alternativas eficaces para el tratamiento de estas afecciones. La fitoterapia y la homeopatía son muy válidas.

  • Fitoterapia: numerosas plantas, sobre las que el farmacéutico puede asesorar, se han usado tradicionalmente y se pueden usar en estas afecciones. Plantas como la malva, malvavisco, zarzaparrilla, tomillo, tusílago, etc. tienen propiedades suavizantes, descongestivas y calmantes de la mucosa respiratoria.

  • Homeopatía: puede ser una alternativa eficaz en algunos casos. Existen preparados destinados a la curación y prevención de afecciones faríngeas. Algunas de las cepas utilizadas, dependiendo de la sintomatología, son: Aurum triphyllum, Rhus toxicodendrum, Argentum metallicum, Phosphoricum, Silicea, Hepar sulfuris y Kalium bichromicum.

En cualquier caso, el tratamiento no debe prolongarse durante más de 5 días sin supervisión por un profesional sanitario.

Conclusiones

Consulte con su farmacéutico; él le ayudará a distinguir la causa de su dolor de garganta. En casos más graves, en los que existan complicaciones o el dolor se prolongue en el tiempo, le remitirá al médico.

El tratamiento de la afonía y el dolor de garganta, consiste normalmente en la administración de comprimidos para chupar, que alivian el picor y la sequedad, y reducen la inflamación. Su farmacéutico también le podrá recomendar plantas medicinales que le ayudarán a paliar los síntomas.

El tratamiento con antibióticos será eficaz sólo en el caso de que el dolor esté causado por una infección bacteriana. Lo más probable es que el causante sea un virus y no sean necesarios. El médico instaurará el antibiótico y su pauta, que debe cumplirse exactamente como se ha prescrito.