En playas y piscinas, seguridad

Cuando el calor aprieta, zambullirse en el agua es una gozada, pero hay que procurar hacerlo en aguas habilitadas para ello, y además vigiladas por personal de socorro. Al introducirse en el agua hay que hacerlo con prudencia, sin brusquedad, sobre todo si se acaba de tomar el sol y/o de comer, en cuyo caso es recomendable dejar pasar un par de horas para evitar  los "cortes de digestión".

Atención a las otitis, especialmente frecuentes en el verano. El ambiente húmedo de las playas y piscinas, la sudoración... favorecen la contaminación bacteriana y por hongos de los oídos, dando lugar a las otitis externas, también llamadas por su origen "otitis del nadador".

Pero no solo el agua es causan de otitis, sino cualquier proceso que altere la integridad de la piel del conducto auditivo externo, como las limpiezas excesivas, el uso de bastoncillos o el rascado intenso; en suma, es pernicioso introducir en el conducto auditivo objetos que puedan lesionar la piel como clip u horquillas. Para prevenir la otitis, observe los siguientes puntos:

  • No introduzca nada en los oídos, ni bastoncillos ni otros objetos.
  • Evite tener los oídos sumergidos en agua durante mucho tiempo.
  • Tras salir de la piscina o al retirarse de la playa, procure quitarse el agua del oído inundado inclinando la cabeza hacia el lado de manera persistente, incluso dando pequeños saltos. Luego seque las orejas con suavidad mediante un paño o toalla limpia.