Bases para una correcta higiene dental

Cepillado, uso de productos fluorados y hábitos alimenticios adecuados constituyen las claves de la prevención de las enfermedades bucodentales

Al cuidado de la boca no se le da la importancia que realmente tiene a pesar de que las enfermedades bucodentales son de las más prevalentes  en los países desarrollados, después de las cardiovasculares y el cáncer. Constituyen un importante problema de salud pública por la limitación y malestar que producen.

Los hábitos dietéticos tienen un papel fundamental en el desarrollo y la prevención de estas enfermedades. Existe evidencia científica de que los azúcares que ingerimos son los principales responsables alimentarios  de la caries dental y, puesto que la dieta es un factor de riesgo modificable, podemos prevenir las caries y determinadas enfermedades periodontales siguiendo una serie de recomendaciones encaminadas a controlar el consumo de azúcares,  a poner en práctica los conocimientos sobre higiene bucal, así como mantener una vigilancia por parte del odontólogo que permite su detección precoz.

Caries y enfermedad periodontal

Son las enfermedades más prevalentes de la cavidad bucal. La primera se produce en los dientes y la segunda en las encías y los tejidos que soportan los dientes. En ambas tiene una especial importancia la placa dental o bacteriana.

La placa dental es una lámina que cubre los dientes y está formada por las bacterias que colonizan la cavidad bucal y los restos de células, saliva y alimentos. Si no se retira, se endurece y forma el sarro. Las placas de sarro ya no se eliminan con un cepillado y es necesario que un odontólogo realice la limpieza.

La caries es una enfermedad infecciosa  en cuya formación intervienen las bacterias que forman la placa dental. Estas bacterias fermentan los hidratos de carbono de la dieta y producen ácidos que en un principio son neutralizados por la saliva. Si el exceso de estos ácidos no puede ser neutralizado, el pH de la cavidad bucal baja. Si además la superficie dental está desmineralizada comienza el proceso de la caries. En un principio el proceso es reversible, pero si continúa puede llegar a destruir el tejido dental.

Por su parte, la enfermedad periodontal comienza con la afectación de la encía. La acumulación de la placa bacteriana produce inflamación de las encías que en casos avanzados puede llegar a afectar hasta el hueso alveolar que soporta los dientes. En estados avanzados, la pérdida de hueso será irreversible con la consiguiente movilidad y pérdida de los dientes.

Una mejora tanto en la mineralización como en los hábitos nutricionales y de higiene determinará la prevención de la enfermedad.

Los factores más importantes sobre los que actuar a la hora de prevenir estas patologías son:

1. Realizar una higiene dental correcta: el correcto cepillado de los dientes permite eliminar los restos de alimentos y los microorganismos que se adhieren a los dientes, limpiando la superficie dental. Además se debe realizar un adecuado masaje en las encías y limpiar la lengua.

La frecuencia del cepillado debe establecerse en función del número de comidas que hagamos al día, es decir, lo ideal es que el cepillado se realice inmediatamente después de la ingestión de los alimentos.

Como medida general recomendaremos que se realice la limpieza bucal como mínimo después de las principales comidas, utilizando un cepillo adecuado, así como seda dental. El uso de seda o hilo dental es un complemento perfecto al cepillado para eliminar los restos alimenticios que quedan entre los dientes. Si completamos la higiene con un irrigador, mejoraremos la limpieza gracias a que la fuerza del agua remueve mejor la placa bacteriana.

2. Uso de productos fluorados: el flúor ha demostrado tener un eficaz efecto frente a la caries. Está demostrado que las personas que ingieren fluoruro en el agua de bebida o que toman suplementos de fluoruro tienen menos caries. El fluoruro ingerido cuando los dientes se están desarrollando se incorpora dentro de la estructura del esmalte y lo protege contra la acción de los ácidos.

Para proteger la superficie de los dientes, también se recomienda una pasta dental o un enjuague bucal que contenga flúor. Las pastas dentales fluoradas deben contener una concentración mínima de 550 ppm. Los odontólogos aplican soluciones tópicas de fluoruro para evitar futuras lesiones de caries. Este tratamiento consigue que el esmalte sea más resistente, además de eliminar las bacterias que producen la caries dental.

No obstante, la ingestión crónica de cantidades excesivas de fluoruro puede producir efectos negativos. El esmalte se deteriora, apareciendo estriaciones, opacidad y dientes moteados.

3. Utilización de sellantes: consiste en la aplicación por parte de un profesional de una película sobre la superficie de masticación de los molares para evitar que se acumulen los restos de alimentos y la placa dental en estas zonas tan vulnerables y de difícil limpieza.

4. Hábitos en la alimentación: unos hábitos alimenticios saludables con un control en el consumo de alimentos ricos en azúcares como son la bollería, los caramelos, los dulces o los refrescos azucarados, reduce significativamente el riesgo de desarrollo de la caries.

5. Acudir regularmente al odontólogo: es básico en la prevención para la detección temprana de los problemas y así instaurar el tratamiento adecuado.

La dieta

  • Llevar a cabo una alimentación variada y equilibrada, que asegure que no se produzca ningún déficit, especialmente durante los primeros años de vida, de todos aquellos nutrientes que participan en la composición de huesos y dientes (minerales como calcio, fósforo, yodo, hierro y flúor; además de vitaminas como D, A y C).
  • Combinar alimentos cariostáticos (no aumentan el riesgo de desarrollo de caries) con alimentos anticariogénicos (protegen).
  • Limitar el consumo de azúcares y dulces, evitando consumir refrescos azucarados,  alimentos pegajosos o chupar caramelos de forma constante. Si se consumen, que formen parte de la comida y no sea entre horas.
  • Tratar de cambiar los zumos concentrados por zumos naturales.
  • Es conveniente evitar comer entre horas, ya que los restos de alimentos permanecen entre los dientes hasta que se cepillan, favoreciendo así la aparición de caries.
  • Se puede incluir ocasionalmente tras las comidas alimentos que reducen la acidez de la saliva (cacahuetes, quesos) por su efecto protector frente a la aparición de caries.
  • Tomar alimentos de tipo manzana, o ricos en fibra, que requieren de larga masticación, ya que puede prevenir la formación de placa dental, pero no olvidemos que esto no debe sustituir el correcto cepillado de dientes tras la toma del alimento.
  • El flúor tiene un efecto anticaries indudable. Son alimentos ricos en flúor los pescados azules, sobre todo las sardinas y el bonito, los mariscos, el té, las verduras, las hortalizas, los cereales integrales, las legumbres y la cebolla.

Caries del biberón

La caries en los lactantes se llama "caries del biberón" y afecta a los incisivos. Se debe sobre todo al contacto del biberón con los dientes y al líquido que el niño ingiera en él. Así, es importante seguir estas recomendaciones:

  • Evitar el contacto prolongado de los dientes con la tetina de los biberones (no más de 15-20 minutos por toma).
  • Evitar que juegue con el biberón en la boca como si fuera un chupete y si durante la toma se queda dormido retirárselo.
  • Evitar dar biberones por la noche o a la hora de la siesta. Si hay que darle líquido que sea agua.
  • No usar el biberón para dar al bebé líquidos que como los zumos contienen mucho azúcar, ni mojar el chupete en miel o azúcar.
  • Comenzar a enseñarle a beber de una taza alrededor de los 6 meses de edad y tratar de suspender el uso del biberón hacia los 12 a 14 meses de edad.
  • Después de cada comida, limpiarle los dientes y las encías con un pedazo de gasa limpia para remover la placa.

Finalmente, no olvidar que las embarazadas sufren cambios hormonales que incrementan la acidez de su cavidad bucal, lo que aumenta el riesgo de padecer caries. En esta situación deben extremarse las medidas preventivas y acudir al dentista para poder detectar cualquier problema en su inicio.