La nutrición es clave para la prevención del envejecimiento de la piel

La evidencia científica disponible deja clara la relación que existe entre Alimentación-Nutrición-Piel.

El envejecimiento cutáneo es uno de los factores que incrementa la susceptibilidad para el desarrollo de cáncer de piel, además de ser un proceso que impacta de manera importante en la persona. Por ello, realizar una detección precisa e individualizada del envejecimiento cutáneo para aplicar el tratamiento adecuado, puede reducir su avance y evitar complicaciones en un futuro.

La disminución de la función metabólica junto con el daño oxidativo acumulado son los responsables de una inflamación cutánea que conducirían al envejecimiento. Los datos clínicos característicos de este proceso son la presencia de arrugas finas y gruesas, pérdida de la elasticidad de la piel, disminución de la grasa y aparición de discromías o manchas.

¿Qué factores lo aceleran?

 

- Los factores genéticos y hormonales.

- El tipo de alimentación.

o Exceso de ingesta calórica.

o Consumo de alimentos ultraprocesados y ricos en azúcares.

- La exposición inadecuada al sol.

- La privación del sueño.

- El estrés.

- El consumo de tabaco y alcohol.

- Los contaminantes ambientales.

La evidencia científica disponible deja clara la relación que existe entre Alimentación-Nutrición-Piel. Por lo que, cualquier desequilibrio de la dieta en forma de deficiencia nutricional, deficiencia específica de nutrientes o exceso de tóxicos, puede alterar el equilibrio de la piel. El funcionamiento normal y la apariencia de la piel dependen de lo que se coma o beba, por ello una alimentación equilibrada y saludable es fundamental.

Recomendaciones relacionadas con la alimentación

 

- Antioxidantes (vitamina C, E, A, carotenos, flavonoides…): como consecuencia del daño oxidativo se produce un exceso de radicales libres responsables de la degradación tisular y de causar daños genéticos. Los antioxidantes son moléculas que neutralizan esos radicales libres, por ello, el aumento en el consumo de fruta y verduras, que aportan una gran cantidad de antioxidantes, produce beneficios en la piel.

- Ácido graso omega 3: debido a sus propiedades antiinflamatorias y citoprotectoras ayuda a mejorar la textura de la piel y a la prevención de la aparición de lesiones cutáneas. Alimentos ricos en omega 3 son las semillas de lino y chía, pescado azul y nueces principalmente.

- Calcio: participa en la densidad, firmeza y elasticidad de la piel. Fuente de calcio además de los lácteos es la col rizada, tofu, hummus, semillas de sésamo y almendras

- Silicio orgánico: estimula la síntesis de colágeno, captura moléculas de agua por lo que es hidratante y disminuye las arrugas al reestructurar el tejido conectivo. Lo encontramos en los cereales integrales principalmente Tribuna de opinión

- Agua: representa el 70% de la composición de la piel por lo que es un componente clave. Sin duda alguna, el agua es la mejor fuente de hidratación.

- Proteínas: su déficit origina hipotrofia y distrofia dérmica. Los aminoácidos son esenciales para estimular la síntesis de colágeno dérmico.

 

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Dña. Pilar Puértolas. Nutricionista en Centro Médico Complutense (Grupo Virtus).