Por una Navidad deliciosa y saludable

En estas fiestas, las mesas se surten de suculentos manjares que alteran nuestras costumbres alimentarias cotidianas y las consecuencias no se hacen esperar: malas digestiones, un descanso nocturno defectuoso y algún que otro kilo de más que pueden llevarnos a caer en la tentación de las 'dietas milagro'.
El aparato digestivo se resiente y aparecen, entre otros trastronos, acidez, gases, estreñimiento y diarrea. La vuelta a los tan conocidos hábitos saludables suele ser la solución.
Recuerda: comer bien no es comer mucho. Una comida navideña puede ser deliciosa, nutritiva, equilibrada y sin calorías de más. Y no te olvides de tu salud. Ni siquiera en estas fechas, has de descuidar enfermedades como la hipertensión o la diabetes.
Las claves para hacerlo bien
1. Planificar los menús y apostar por los más ligeros: un menú atractivo no tiene por qué estar reñido con la salud.
2. Adaptar los horarios a las costumbres cotidianas: ni retrases mucho el inicio de las comidas ni te saltes ninguna.
3. No estar mucho tiempo en ayuno: si no, se llega a la siguiente comida con más hambre de lo normal y se ingieren más calorías de la cuenta. Además acabarás con el estómago repleto y una digestión lenta que producirá acidez y gases.
4. Equilibrar el exceso: si la cena va a ser copiosa, elije una comida ligera o al revés. Además, entre celebración y celebración hay que volver a una alimentación equilibrada, tomando más verduras, carnes y pescados a la plancha o al horno y gran cantidad de frutas.
5. Moderación en las cantidades: una persona sana puede comer de todo pero con moderación y sentido común.
6. Beber mucha agua: las comidas copiosas aumentan la sensación de sed, por lo que es conveniente beber agua durante todo el día y en las comidas.
7. Beber alcohol con moderación y responsabilidad: a los sabidos efectos perjudiciales para la salud, se suma el elevado contenido calórico de las bebidas alcohólicas.
8. Los dulces navideños: puedes tomarlos pero con moderación, salvo que padezcas alguna enfermedad que 'contraindique' su consumo.