Escucha a tus riñones

La enfermedad renal crónica es una enfermedad silenciosa que sufre el 10% de la población adulta, y la mayoría lo desconoce. La prevención y el diagnóstico precoz son fundamentales para plantarle cara, de ahí el lema de la campaña puesta en marcha por la Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón (ALCER): "Escucha a tus Riñones" (www.escuchaatusriñones.es).

"La enfermedad renal crónica (ERC) se ha convertido en una epidemia. Los nuevos casos de ERC van aumentando con el tiempo y no lo conseguimos frenar, por lo que se ha convertido en un problema de salud pública" afirma la nefróloga Paloma Sanz, del Servicio de Nefrología del Hospital Quirón San Camilo de Madrid.

Por su parte, Alejandro Toledo, presidente de ALCER, subraya: "sin lugar a duda, en fachas como la que celebramos (en relación al Día Mundial del Riñón) es muy importante el desarrollo de campañas informativas y de concienciación que nos permitan impulsar la prevención de esta enfermedad silenciosa que suele dar la cara una vez que está en estadios bastante avanzados, y conseguir no sólo ahorrar en costes médicos, sino aumentar la mejora de la calidad de vida de los pacientes". Y la campaña 'Escucha a tus Riñones' es un buen ejemplo de ello. De hecho, su lema fue utilizado el pasado mes de marzo por ALCER para celebrar el Día Mundial del Riñón, con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie.

En sus propias palabras, "sólo la prevención y el diagnóstico precoz pueden frenar el alto coste psicosocial y económico de la Enfermedad Renal Crónica". Además, continúa Toledo, "es necesario que de una vez por todas se pongan en marcha estrategias en salud renal para el abordaje de la enfermedad renal crónica y hacer sostenible este sistema sanitario que tantos beneficios ha generado para los enfermos renales crónicos". Igualmente subraya la importancia de que se mantenga un sistema sanitario que ha permitido a los pacientes renales tener acceso a los tratamientos y a un trasplante.

Riñón y corazón van de la mano

En la actualidad, un 10 por ciento de la población española adulta tiene ERC y en determinados grupos de pacientes con hipertensión arterial o diabetes la prevalencia puede alcanzar el 35-40 por ciento. La ERC mantiene en diálisis a unos 25.000 pacientes en España y aproximadamente al mismo número de pacientes con un trasplante renal funcionante.

La ERC se produce cuando hay una anomalía en la función del riñón que se manifiesta a través de los marcadores del daño renal. Las causas que lo producen pueden ser diversas, pero las más frecuentes son la diabetes, la hipertensión o las alteraciones vasculares.

Como explica la doctora Sanz, "la ERC se considera un factor de riesgo cardiovascular que puede ser diagnosticado con un simple análisis que  mida los niveles de urea y creatinina en la sangre y la pérdida de proteínas por la orina. Los riñones van de la mano del corazón, los tres juntos, de modo que podemos decir que los hábitos de vida cardiosaludables son buenos para proteger la función de los riñones.

Hay que tener en cuenta, prosigue la especialista, "que cuando el riñón deja de funcionar más de un 50 por ciento, el resto se va agotando año a año, aunque los factores de riesgo estén controlados, es decir, que la progresión es inevitable. Por eso, la necesidad de inculcar medidas preventivas a la población, como son una dieta sana, reducir la sal, hacer ejercicio, no fumar, así como controlar la tensión arterial y el azúcar, e indicar que hay medicamentos que pueden lesionar los riñones si se toman sin control. Nuestro reto como especialista es conseguir, por tanto, un diagnóstico precoz que nos permita detectar la enfermedad en los primeros estadios y así enlentecer su evolución y evitar sus comorbilidades".

Coste sanitario

En España el coste anual asociado al tratamiento de las fases más avanzadas de la ERC (tratamiento renal sustitutivo) se estima en más de 800 millones de euros, además de los ingresos hospitalarios por alto riesgo cardiovascular.

"Este coste sanitario es alto porque la ERC no tiene tratamiento definitivo, si no que al ser una enfermedad crónica, que no se cura, el tratamiento es continúo y de por vida. Además, el tratamiento renal sustitutivo tiene un coste muy elevado. Por ejemplo, la hemodiálisis supone que  tres veces por semana un paciente necesita utilizar una máquina de diálisis y un dializador, ambos material de alto coste, o en el caso del trasplante, que se considera la mejor opción de tratamiento, tanto la cirugía como los inmunodepresores posteriores que tiene que tomar el paciente, suponen un coste muy elevado", detalla la nefróloga Paloma Sanz. De aquí la importancia de un diagnóstico precoz y evitar llegar a estas opciones de tratamiento.