Claves para cuidar de las personas mayores con los cambios de la primavera

La protección de ojos, boca y nariz es clave para evitar brotes de alergia que se agudizan en esta época del año.

ancianos primavera

La primavera se presenta como una época ideal para que las personas mayores disfruten al aire libre y realicen más actividades en el exterior. Sin embargo, a pesar de las suaves temperaturas y el aumento de horas de luz y sol, esta estación puede empeorar la salud de este colectivo. Los cambios bruscos de temperatura que se producen entre el día y la noche o la polinización son escenarios propicios para gripes o catarros comunes y, sobre todo, para las alergias que se agudizan en esta época del año.

“El envejecimiento altera el sistema de termorregulación corporal, lo que afecta a cómo se percibe la temperatura ambiente y hace más difícil la adaptación al frío”, afirma David Curto, director Médico, Calidad e Innovación de Sanitas Mayores. “Esto hace que los mayores sean un colectivo especialmente vulnerable a los cambios térmicos algo que, junto a su mayor sensibilidad dérmica y un sistema inmunológico más debilitado, puede generar empeoramientos en la salud”, añade.

Ante esta situación los expertos de Sanitas han elaborado un listado de consejos para proteger a los mayores ante las enfermedades estacionales propias de la primavera:

Evitar los cambios bruscos de temperatura: Con la edad el cuerpo está menos capacitado para asimilar descensos o ascensos bruscos en la temperatura, ya que puede derivar en alteraciones físicas que debiliten el sistema inmunológico. Utilizar ropa adecuada al salir a la calle y llevar siempre una prenda de abrigo, especialmente cuando cae el sol, es esencial para evitar resfriados.

Evitar parques y jardines y las horas de mayor concentración de polen: Aunque las zonas verdes son los lugares más habituales para pasear, ya que son entornos agradables, en esta época del año es preferible evitarlos pues es donde se concentran las mayores cantidades de polen. Además, se aconseja no salir a la calle a primera o a última hora del día, franjas en las que hay una mayor concentración de polen.

Proteger ojos, nariz y boca: en el caso de las personas alérgicas es importante reducir la ventilación del hogar al máximo y optar por deshumidificadores. Asimismo, es recomendable cubrir nariz y boca con una mascarilla en las salidas, al igual que proteger los ojos con unas gafas de sol para evitar al máximo el contacto con el polen del ambiente.

Alimentación para fortalecer el sistema inmunitario: la alimentación juega un papel fundamental para prevenir o contrarrestar los efectos de la primavera.

“En primavera es importante consumir alimentos que refuercen el sistema inmunitario ricos en vitamina D como los lácteos, que garantizan la absorción del calcio; vitamina C, como los cítricos, el pimiento o el tomate que contribuyen a reforzar sistema inmunitario; o vitamina A, como el huevo o el salmón, que refuerzan las mucosas, barrera natural contra las infecciones; incluir fermentos como el yogur o kéfir natural que ayudan a mejorar la microbiota intestinal; alimentos ricos en vitamina E como el aceite de oliva virgen extra ya que aumenta la respuesta inmunológica; zinc y selenio presentes en cereales integrales y frutos secos”, señala Eva Mª Bautista nutricionista de BluaU de Sanitas.

Junto a ello, beber al menos 2 litros de agua diarios es imprescindible en las personas mayores para evitar la deshidratación pues a medida que se envejece la sensación de sed merma.

Hacer ejercicio. El ejercicio físico es clave para mantener el buen funcionamiento del organismo y la salud física ya que mejora la capacidad pulmonar, la circulación sanguínea y refuerza la masa ósea y muscular, fundamental en las personas mayores.

Además de seguir estos consejos, es importante que las personas mayores acudan al médico de forma regular, especialmente en casos de alergias severas para mantener un control y seguimiento sobre esta afección y, en su caso, tratar si es necesario los posibles efectos.