Cómo cuidar la piel durante los días de mayor frío

La exposición al viento y a bajas temperaturas despoja al cutis de su humedad natural, provocándole un estado de sequedad, descamación e incluso irritaciones.

Con la llegada de los días más fríos, el invierno presenta un desafío para la piel, exponiéndola a condiciones adversas que pueden afectar tanto su salud como su apariencia. Ante esta situación, es de vital importancia llevar a cabo una rutina de cuidado específica para mantenerla hidratada, cuidada y protegida contra las tesituras del clima.

 “No atender de manera oportuna la piel durante los días más fríos puede tener consecuencias significativas. La exposición al viento y a bajas temperaturas despoja al cutis de su humedad natural, provocándole un estado de sequedad, descamación e incluso irritaciones”, señala el Dr. David Ayala Alcázar, dermatólogo del Centro Médico Sanitas Valencia. Además, el experto advierte de que no proteger la piel correctamente acelera el envejecimiento prematuro de la tez y la aparición de condiciones dermatológicas adversas, como la rosácea o la dermatitis. Por ello, considera clave establecer una rutina para el invierno, la cual debe incluir hidratación intensiva y barreras de protección, como la crema solar, a fin de preservar la salud y la vitalidad de la epidermis.

En este sentido, el riesgo es aún superior en la población mayor, tal y como comenta David Curto, director Médico y Calidad de Sanitas Mayores: “la falta de cuidado de la piel en días fríos se convierte en un riesgo considerable para las personas mayores, ya que el cutis envejecido tiende a ser más seco y susceptible a daños por factores climáticos adversos”.

Por lo tanto, desatender la protección cutánea puede agravar condiciones preexistentes, como la fragilidad de los capilares, lo cual origina problemas como la tez agrietada y la formación de úlceras. Por otro lado, una barrera cutánea desprotegida aumenta la vulnerabilidad a infecciones, un peligro notable debido a que la población mayor cuenta con una menor capacidad de regeneración. Es fundamental, por lo tanto, priorizar tanto la hidratación como la protección para preservar la salud integral de la dermis.

Consejos para cuidar la piel en invierno

Bajo esta perspectiva, los expertos de Sanitas han preparado un listado con una serie de consejos para cuidar la piel durante los días de frío extremo:

1. Hidratación cutánea intensiva: se trata de la acción más importante. Por ello, es interesante el uso de cremas hidratantes ricas en ingredientes como ácido hialurónico, glicerina y ceramidas para mantener el cutis húmedo. Respecto a su aplicación, extenderla inmediatamente después de la ducha para sellar la humedad.

2. Protector solar: aunque esté frío, la radiación ultravioleta sigue presente. Por lo tanto, es aconsejable utilizar protector solar en áreas expuestas para proteger la tez del daño causado por los rayos UV, los cuales pueden ser más perjudiciales en condiciones de nieve por la reflexión.

3. Evitar el agua caliente en exceso: los baños prolongados con agua muy caliente suelen eliminar la protección natural de la epidermis, contribuyendo así a un incremento de la sequedad. De ahí que lo mejor sea optar por agua tibia, así como limitar el tiempo en la ducha.

4. Humidificador: instalar este aparato en interiores para contrarrestar la sequedad del aire generada por la calefacción es recomendable porque permite mantener un nivel adecuado de humedad que previene la piel seca y agrietada.

5. Alimentación e hidratación saludable: una dieta equilibrada rica en vitaminas y antioxidantes mejora la salud cutánea. En este marco, mencionar alimentos como frutas, verduras, nueces y pescado, que son beneficiosos para la piel. Asimismo, beber suficiente agua es primordial, puesto que el aire seco puede causar deshidratación.

6. Cuidado de labios: se trata de una parte del cuerpo particularmente propensa a la sequedad. Aplicar bálsamos labiales con ingredientes nutritivos como manteca de karité o aceite de coco es sugerible para mantenerlos suaves e hidratados.

No obstante, si a pesar de tomar las medidas necesarias se siguen experimentando alteraciones cutáneas persistentes o severas, lo aconsejable es buscar la orientación de un dermatólogo, ya sea de manera presencial o a través de videoconsulta, para recibir un tratamiento especializado.