Es verano, atención a ciertas enfermedades infantiles

Verano y vacaciones son un binomio indivisible, al menos para los niños, pero también, y más allá de las previsibles quemaduras solares, caídas, diarreas, picaduras, etc., están determinadas enfermedades, especialmente crónicas, cuya sintomatología e incidencia aumenta con la estación estival. Por ejemplo, un especial  trabajo adicional por estas fechas lo tiene la dermatología pediátrica, para atender ciertas enfermedades cutáneas muy comunes en la infancia como la dermatitis atópica o la psoriasis infantil, en las que por fortuna ha habido importantes avances para tratarlas.

También hay otras circunstancias y trastornos puntuales a tener en cuenta, como la retirada del pañal, las alergias, el asma, las enfermedades dentales y los traumatismos bucodentales, que adquieren una especial relevancia en la temporada veraniega.

La retirada del pañal

En principio cuesta creer que algo tan aparentemente banal como la retirada del pañal en los niños requiera ciertas precauciones, ya que si se hace de manera incorrecta, puede conllevar problemas nada desdeñables. En el marco de la campaña divulgativa patrocinada por Ferring, "Consejos para la correcta retirada del pañal en niños", dirigida a padres, cuidadores y sanitarios, el doctor Carlos Miguelez, urólogo pediátrico de la Clínica Santa Elena de Málaga y del Instituto de Incontinencia Infantil, cita entre dichos problemas las infecciones y los malos hábitos miccionales, esto es, disinergia o falta de relajación del suelo pélvico durante la micción, orinar con chorro entrecortado y de manera incompleta dejando orina residual en la vejiga, retención u orinar menos de cuatro veces al día, escapes por aguantar las ganas de orinar más de lo debido, posturas que impiden una micción relajada e incluso una futura enuresis cuando el problema persiste más allá de los cinco años.

El pañal suele retirarse de día entre los dos y los tres años de edad y es el verano el mejor momento para intentarlo.

En este caso, la consulta al médico es imprescindible para confirmar si se trata de una enuresis monosintomática, es decir, sólo tiene el problema de noche, o si es un síndrome enurético, un problema más complejo que requiere tratamiento especializado, ya que implica, además de mojar la cama, síntomas durante el día, escapes, incontinencia, infecciones de orina, etc., con disminución de la autoestima y aumento de sentimiento de vergüenza en ambos casos. Según cada caso y el tiempo de evolución, pueden dar lugar al desarrollo de complejos e incluso alterar el rendimiento escolar.

En general, señala el doctor Miguelez, el pañal suele retirarse de día entre los dos y los tres años de edad, y de noche unos dos a seis meses después, y es el verano el mejor momento para intentarlo, pues, al hacer menos frío, el niño puede estar sin pañales de manera más confortable y segura. De no conseguirse en el verano en esta etapa de edad, es mejor dejarlo hasta el verano siguiente.

Entre las recomendaciones que aporta este especialista está el colocar una plataforma para que el niño llegue bien al inodoro y, en el caso de las niñas deben usarse, además, reductores de circunferencia, todo ello para ahorrarles el miedo de ir al baño, incomodidades e inestabilidad, y hacerlo sin reproches ni acciones vergonzantes o de castigo, sino siempre con cariño, comprensión y paciencia.

Dermatitis atópica

En relación con la dermatitis atópica, la doctora Asunción Vicente, del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y miembro de la Academia Española de Dermatología, pone de relieve que en nuestro país este trastorno es la causa más frecuente de consulta en dermatología pediátrica, de hecho la sufre un 20 por ciento  de los niños españoles.

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria, fruto de la alteración genética de una proteína de la piel llamada filagrina, que además de ser un agente causal, sería un factor desencadenante del asma y rinitis. Su presencia conlleva picor, pérdida de la calidad del sueño y lesiones crónicas que pueden determinar la integración social de los niños y adolescentes. También se han observado trastornos asociados como depresión y ansiedad; en menores de dos años, concretamente, se asocian a alteraciones psicológicas como síndrome de hiperactividad y déficit de atención, problemas emocionales y de comportamiento en la edad escolar.

En el tratamiento, indica la doctora Vicente, ha supuesto un cambio importante el llamado tratamiento "proactivo", que consiste en seguir haciendo tratamiento médico con pomada entre los brotes y no sólo con hidratación de la piel.

Psoriasis

La creencia de que la psoriasis no afecta a los niños queda descartada al constatarse que un tercio de los adultos la padeció en la niñez. Es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, hereditaria y no contagiosa. Algunos estudios demuestran que los niños con psoriasis tienen más sobrepeso y colesterol elevado, por lo tanto con riesgo de enfermedad cardiovascular. La doctora Vicente puntualiza que también, como en el adulto, se ha observado un mayor riesgo de enfermedades psiquiátricas: ansiedad y depresión, y de ahí la importancia del apoyo psicológico a los niños y adolescentes en quienes las enfermedades cutáneas pueden tener un impacto muy negativo.

Los ensayos con fármacos sobre esta enfermedad en niños son pocos, así que los tratamientos se basan en la experiencia en adultos y en la pericia del facultativo y de los expertos. En los últimos dos años en el tratamiento se emplean los nuevos fármacos llamados "biológicos", pero su indicación está reservada a casos muy graves.

Campamentos de verano para niños asmáticos

"Tener asma no tiene por qué impedir realizar una vida normal, disfrutando de actividades al aire libre. El niño con asma necesita además de un tratamiento farmacológico adecuado, un aprendizaje de lo que es su enfermedad y la forma de controlarla". La recomendación proviene del doctor Javier Ruiz Hornillos, alergólogo del Hospital Infanta Elena de Valdemoro y coordinador del Comité de Educación Sanitaria y Campamentos de la Sociedad de Madrid y Castilla La Mancha de Alergología e Inmunología Clínica.

La Fundación de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) fomenta y organiza cada año, en colaboración con las sociedades regionales de alergia, campamentos de verano para niños asmáticos. En ellos, médicos alergólogos, enfermeras y monitores ofrecen educación sanitaria complementaria a la asistencia médica habitual, de una forma divertida y en un entorno adecuado.

Los niños aprenden de este modo a reaccionar ante los síntomas de su enfermedad a utilizar correctamente los inhaladores y a asociar los síntomas con la necesidad de medicación. Además, se les enseña que el deporte no sólo no es contraproducente, sino que, aunque parezca contradictorio, resulta saludable para los niños que padecen asma. Trabajar la musculatura respiratoria permite un aumento de la capacidad pulmonar.

Alergias a alimentos

Algo parecido cabe decir de los campamentos de verano y las alergias infantiles. Tanto la  Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP) como la Asociación Española de Alérgicos a Alimentos y Látex (AEPNAA) organizan talleres de formación dirigidos a profesores, monitores y personal de cocina y comedor, para garantizar que los niños con alergia a alimentos que asistan a estos campamentos, estén perfectamente identificados y conocidos por los encargados del comedor y de la cocina, no mezclen alimentos, hagan cada comida con diferentes utensilios, etc.

Los talleres enseñan alternativas a los alimentos que los niños alérgicos no puedan tomar, y procurar que todos coman más o menos lo mismo para que no haya discriminaciones; además, se aprende a resolver situaciones de reacciones alérgicas en un niño -urticaria, angioedema, asma, rinitis, conjuntivitis, síntomas digestivos o reacciones de anafilaxia-, a custodiar la medicación de urgencia y saber cómo administrarla cuando es necesario mientras se espera la llegada de un médico. En suma, en estos campamentos los niños pueden desarrollar actividades, incluidos juegos, para aprender a convivir con su enfermedad,  conocer a otros niños con su mismo problema y aprender a integrarse.

Caries y traumatismos bucodentales

Otras consecuencias ligadas a las vacaciones de verano tienen que ver con las enfermedades dentales.  El doctor Germán Zarandieta, médico-odontólogo de las clínicas Milenium Dental de Sanitas, pone de relieve que durante el verano, se puede apreciar un incremento en la patología de origen traumático, al aumentar significativamente la actividad deportiva. El buen tiempo anima a realizar algún deporte al aire libre: ir a la piscina, a la playa, salir con la bicicleta, etc. "Por esta razón, se produce un aumento muy significativo de los traumatismos, especialmente en los niños", afirma este especialista.

Otro inconveniente es que se abusa de las bebidas azucaradas y del consumo de alimentos entre horas, sin la debida limpieza bucodental posterior, lo que potencia la aparición de caries y problemas periodontales. Durante la etapa vacacional también se produce un aumento de los casos de la sensibilidad dental derivado del consumo de alimentos como helados o bebidas frías.