Piojos: prevención y tratamiento

Lavarse las manos con más frecuencia y cepillarse las uñas son algunos consejos que ayudan a mantener lejos a los piojos

La pediculosis es la infestación por piojos (Pediculus humanus capitis), el parásito más frecuente en el mundo desarrollado, que se adhiere con sus garras al pelo y se alimenta succionando sangre del cuero cabelludo del huésped. La saliva del piojo ocasiona irritación, picor y eritema y, debido al rascado, erosiones cutáneas y costras, e incluso en alguna ocasión puede provocar infecciones secundarias, malestar y febrícula.

El piojo adulto respira a través de unos agujeros que posee en diferentes partes de su cuerpo llamadas espiráculos. Las hembras adultas ponen cada día unos 10 huevos (liendres) que se fijan a la base del pelo gracias a una secreción insoluble al agua, muy resistente, que evita que se eliminen con el lavado. A los 7 días eclosionan y las liendres ya vacías permanecen pegadas al pelo y el piojo tarda unos 8-10 días en convertirse en adulto. La vida media de la hembra son unos 30–40 días lo que supone que puede llegar a poner entre 150 y 300 huevos.

Puede infestar a cualquier persona, pero son los niños, sobre todo las niñas, los más afectados debido a sus actividades y la interacción que hay entre ellos. Adultos con mayor riesgo son aquellos que están más relacionados con los niños, tanto profesores y pediatras como los familiares.

Rompiendo mitos

Los piojos no saltan ni vuelan, pasan de una persona a otra caminando de una cabeza a otra, con mayor rapidez si el pelo está seco. Tampoco viven en los animales, luego las mascotas no serán responsables de la transmisión. El contagio por compartir gorros, peines, almohadas, etc. es muy poco probable pues una vez que están fuera del cuerpo sobreviven entre uno y dos días.

Durante mucho tiempo aparecían en los meses de calor, pues las bajas temperaturas dificultaban su desarrollo, pero hace ya algunos años no es así. Los inviernos son más benignos y el parásito aparece en cualquier época del año.

No existe relación causal entre una higiene deficiente y la pediculosis. Esta idea tan extendida está hoy completamente desterrada, incluso parece que prefieren el cabello limpio. No hay preferencias en cuanto a color, tipo o longitud del pelo.

Prevención

Son muy frecuentes pequeñas epidemias por ejemplo en entornos escolares, guarderías, centros deportivos o campamentos de verano por la estrecha convivencia entre los niños. Para prevenirlas o, si ya existe la infestación evitar la diseminación del parásito, es interesante conocer y poner en práctica una serie de recomendaciones.

A modo de prevención tendremos en cuenta:

  • Es aconsejable que los niños lleven el pelo corto y/o recogido. De esta forma las posibilidades de contacto se minimizan.
  • Lavarse las manos con más frecuencia y cepillarse las uñas. Así evitamos la diseminación de los parásitos o las liendres si han quedado pegadas a ellas.
  • Usar gorro en la piscina. Los piojos sobreviven en el agua de la piscina, ya que flotan un cierto tiempo, de modo que pueden terminar de nuevo en el pelo de la misma persona o de otra.
  • Aunque los piojos sobreviven poco tiempo lejos del cuero cabelludo, es preferible no compartir peines, cepillos, diademas, gorros y otros elementos que se usan en el peinado o en la cabeza. Aunque no haya piojos, debemos sumergir estos objetos en una solución insecticida de forma periódica. Si se confirma una infestación, sumergir inmediatamente los utensilios de peinado en una solución insecticida al menos 30 minutos. Mirar todas las noches en la nuca y detrás de las orejas del niño.
  • Los miembros de la familia o las personas que más en contacto están con el infestado deben ser examinados para detectar piojos vivos y evitar tanto el contagio como su propagación. En estos casos se someterán a tratamiento.
  • La ropa que se ha podido contaminar por estar en contacto con la persona y zona afectada se lavará y secará a altas temperaturas. Si la prenda no se puede lavar así, debe limpiarse con calor seco, vaporizarlas con un insecticida y meterlas en una bolsa impermeable, bien cerrada durante varios días. Es importante mantenerla aislada para evitar contagios.
  • El entorno del parasitado debe limpiarse muy a fondo: alfombras, sofás, asientos del coche, etc.
  • La ropa de cama se cambiará muy a menudo y se lavará con agua muy caliente.

Características de un buen tratamiento

Los tratamientos que existen para abordar la infestación (en adelante los llamaremos pediculicidas) buscan finalmente erradicar el parásito.

Un buen pediculicida debe tener una serie de características tanto cosméticas como de eficacia:

  • Debe ser letal tanto para el parásito como para los huevos y las larvas, es decir deben ser pediculicidas y ovocidas.
  • El efecto debe conseguirse con la mínima cantidad de producto posible en el menor tiempo posible. El ideal es conseguirlo en una sola aplicación y reaplicar sólo en el caso de que se vean de nuevo formas vivas.
  • Que carezca de efectos secundarios, es decir que sea seguro y no irritante para el cuero cabelludo ni agresivo para el cabello.
  • Que pase inadvertido: inodoro, agradable y fácil de aplicar.
  • A ser posible, con actividad residual, es decir que tenga una cierta capacidad protectora una vez aplicado.

Tipos de tratamientos 

Los tratamientos pueden clasificarse en 3 grupos: la eliminación manual, los insecticidad/ovocidas y otros tratamientos.

1. La eliminación manual consiste en eliminar las liendres tanto vivas como muertas con lendreras, que son peines especiales con las púas muy juntas de manera que arrastran tanto los piojos como las liendres. Su uso ayuda a detectar la existencia del parásito. Existen 2 tipos de lendreras, las clásicas con púas de plástico o metal y las eléctricas que al contactar con el piojo provocan una descarga que lo mata. Las clásicas deben usarse con el pelo mojado ya que el piojo se mueve así peor, pero las eléctricas haya que usarlas con el pelo seco. Si además se usa un bálsamo o acondicionador capilar la visualización y retirada se facilita.

Tanto con unas como con otras, debemos separar el cabello a mechones y pasarlas desde la raíz a las puntas. Después de cada pasada se limpia bien el peine pará evitar que un piojo vivo adherido quede de nuevo en el cabello en la siguiente pasada. El proceso se repetirá cada 2 ó 3 días durante unos 15 días para una buena eliminación.

El método es barato, sin efectos secundarios y no genera resistencias. Si se hace de manera adecuada se puede terminar con el parásito, pero hay que ser muy sistemático, paciente y minucioso y sobre todo en niños pequeños requiere de mucha dedicación. Es difícil que por sí solo sea suficiente.

2. Lo insecticidas y/u ovocidas, por varias razones, no deben usarse como medida preventiva,  sino sólo en aquellas personas en las que haya algún piojo vivo. La primera es que su función consiste en eliminar los parásitos, la segunda que pueden producir efectos secundarios y tercera la posibilidad de originar resistencias. El modo de aplicación (cantidad, tiempo) determinan la eficacia y el éxito del tratamiento.

Los de acción química como las piretrinas, el malation, el lindane y los carbamatos actúan sobre el sistema nervioso del piojo y los de acción física, como las siliconas o los derivados del aceite de coco, bloquean los espiráculos del insecto provocando su muerte.

Piretrinas: la permetrina es la más estudiada y la menos tóxica para los humanos. Suele usarse asociada a veces al butóxido de piperonilo, que potencia su acción. Si se evita el contacto con los ojos y mucosas tiene muy buena tolerancia cutánea por lo que puede aplicarse en adultos y niños mayores de 2 años. Suele recomendarse aplicar sobre cabello seco, pues aumenta su eficacia, durante unos 10-30 minutos, dejando secar al aire y lavando con un champú normal. Conviene volver a aplicar a los 7-10 días.

El malation: es más tóxico y no se recomienda en menores de 6 años. Genera también un olor desagradable, el tiempo de aplicación es prolongado, hasta 12 horas, y es altamente inflamable.

Siliconas: al eliminar el piojo por acción física no provocan resistencias ni generan efectos secundarios al huésped. La más usada es la dimeticona. El tiempo de aplicación recomendado es largo, dependiendo del fabricante, y debe repetirse el tratamiento a los 7 días. Es un tratamiento inodoro e incoloro, además de eficaz y seguro. Es bien tolerado por personas que tengan pieles sensibles y puede usarse en niños menores de 2 años, aunque en menores de 6 meses sólo se puede usar la eliminación mecánica.

3. Finalmente, cada vez aparecen más métodos de erradicación alternativos:

Vinagre diluido: se ha utilizado tradicionalmente para disolver el cemento adhesivo que fija el huevo al pelo y facilitar su eliminación. En ningún caso se utilizará antes de aplicar el pediculicida porque lo diluye, ni tampoco se debería usar después, ya que puede inactivar su acción.

Aceites esenciales: actualmente se utilizan aceites de lavanda, aceite de árbol del té y otras sustancias derivadas de las plantas, aunque no hay evidencia de su eficacia.

Repelentes: están formulados para ahuyentar a los piojos de la cabeza. Son productos novedosos que se caracterizan por evitar que el insecto se agarre al pelo. El efecto se prolonga durante 3-4 días, luego deben aplicarse un par de veces a la semana, sobre el pelo limpio y seco y siempre después de lavar el pelo del niño.