El botiquín del alérgico

En el caso de padecer alguna alergia, nuestro botiquín de verano también deberá incluir “medicación de rescate”, por si surge algún evento en este sentido.

Entre los medicamentos más básicos, habrá que incluir inhaladores/broncodilatadores, en caso de tener síntomas respiratorios asociados a la alergia, y el antihistamínico, el corticoide o la adrenalina autoinyectable para alérgicos a alimentos, látex o picaduras de abejas o avispas. 

Además de la tarjeta sanitaria correspondiente, será necesario llevar con nosotros una tarjeta con nuestras alergias, tratamientos actualizados y personas de contacto.

Como medida de prevención, habrá que tener mucho cuidado con las comidas que tomamos fuera y consultar con los camareros sobre los ingredientes de las mismas. Otra idea a añadir al botiquín del viajero es un buen repelente contra insectos.

No olvidar

Además de la medicación que podamos necesitar en caso de algún evento o incidencia, no debemos de olvidarnos de incluir nuestra medicación habitual, o todo aquello que precisemos para un tratamiento crónico. Es el caso, por ejemplo, de las inyecciones de insulina (conservándola en nevera a temperatura adecuada), el inhalador para el asma, o la adrenalina autoinyectable en el caso de alérgicos.

Asimismo, si llevamos gafas o lentillas, habrá que llevar un par de repuesto y líquidos para las lentes de contacto.

Por último, en caso de necesitar una medicación específica, como puede ser difícil encontrar la misma marca de ese medicamento en una farmacia diferente a la nuestra, será de gran ayuda llevar apuntado el nombre genérico del mismo. Igualmente, deberemos llevar con nosotros un breve informe médico.