Cómo prevenir y actuar frente a un accidente infantil

Con las vacaciones, no solo llegan el sol y la piscina sino también las carreras al botiquín y las visitas apresuradas a Urgencias. Y es que, uno de cada tres accidentes infantiles se producen en los meses de verano. La mayoría son evitables y por tanto se podría haber hecho algo para que no ocurriesen.

La base de la prevención está en los adultos. Y es que, nuestra labor es proporcionar un entorno seguro a los niños, sin caer en un excesivo proteccionismo y sin recortar libertad de movimiento que necesitan para ir descubriendo el mundo que les rodea.

Pero a pesar de todas las precauciones del mundo, los accidentes ocurren. Por ello, todos deberíamos poseer una serie de conocimientos mínimos sobre socorrismo y primeros auxilios. La actitud del adulto es de nuevo fundamental, así que si tu hijo o algún  niño de tu entorno sufre un accidente recuerda tres ideas básicas: conserva la tranquilidad y domina los nervios para no asustar más al pequeño y conseguir así su colaboración; rápidamente valora la gravedad del suceso y la ayuda que precisa, y en caso de emergencia, llama al 112; y no hagas nunca nada de lo que no estés absolutamente seguro.

Sí, se puede prevenir

La imaginación de los niños es infinita y todo lo que se haga por protegerles, poco. Aún así, es posible establecer unas pautas generales que en la mayor parte de los casos evitan que el niño sufra un accidente; medidas que hay que adaptar a la edad del pequeño, sus habilidades e intereses y su entorno.

  • En casa

Una buena idea es recorrer la casa poniéndose en el lugar del niño, tanto en altura como en destrezas, así podrás ver con más claridad las posibles fuentes de accidentes. Recuerda: nunca dejes solo en casa a un niño menor de doce años. Además, proteje las ventanas con rejas o cierres de seguridad y no coloques sillas ni muebles bajos delante. Pon topes en las puertas y barandillas en las escaleras, proteje los enchufes, estufas y braseros y las esquinas de mesas y muebles. Cuando cocines, no lo hagas nunca con el niño en brazos y usa los fuegos de detrás. Además, ten cuidado con la temperatura del agua del baño y no dejes a los niños pequeños solos en la bañera.

Con los objetos que les rodean también se accidentan. Pueden caerse del cambiador, la trona o la sillita de paseo, atragantarse con partes pequeñas de juguetes o con un globo o tragarse una pila de botón. No olvides revisar los juguetes, envoltorios y otros objetos con los que juegan los niños y no dejes nunca los medicamentos y tóxicos, como productos de limpieza, a su alcance. Y aunque le cueste mucho tomar un fármaco, no caigas en la tentación de decirle que es una golosina.

  • Fuera de casa

En parques, plazas y demás espacios de ocio, los columpios, juegos y porterías deben estar bien anclados y cumplir con las normas de seguridad. Además, el suelo en los espacios para niños pequeños debe ser de materiales blandos.

Ponle el casco para montar en bici y póntelo tú también. Sé prudente y paciente y enséñale a cruzar la calle correctamente, tanto en bici como andando.

En piscinas, playas y otras zonas de baño no pierdas de vista a los niños pequeños. Y si disfrutas del verano en una piscina privada recuerda que tiene que estar vallada por todos los lados y con la puerta cerrada cuando no haya un adulto vigilando.

Botiquín

Por si la prevención falla, en una casa nunca puede faltar un botiquín con el que poder atajar los pequeños accidentes que acompañan al crecimiento de los niños.

Pregunta a tu farmacéutico, pero básicamente ha de incluir: antisépticos tópicos, alcohol etílico al 96%, jabón, suero fisiológico estéril, apósitos, tiritas, vendas elásticas y de algodón, paquetes de gasas estériles, esparadrapo hipoalergénico, pinzas de depilar, termómetro, tijeras de punta roma, paracetamol e ibuprofeno.

Fuente: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Portal de Salud de la Comunidad de Madrid y Sociedad Española de Urgencias de Pediatría