Neumólogos pediátricos advierten de la importancia de mitigar los cambios bruscos de temperatura en pacientes asmáticos

Las variaciones climáticas, frecuentes en esta época del año, pueden desencadenar episodios de crisis en los menores que padecen asma

Con la llegada del otoño, los cambios de temperatura se intensifican. Esta época del año se caracteriza por variaciones climáticas bruscas que pueden desencadenar crisis en los pacientes asmáticos, por lo que es muy importante adoptar una serie de medidas que eviten la entrada de aire frío en los pulmones.

Desde la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP) se recomienda incorporar en la rutina diaria de los adolescentes que sufren esta patología respiratoria una serie de actividades muy simples que reducen el riesgo de sufrir un episodio de crisis asmática.

Uno de los ejercicios más básicos y, a la vez, más importantes es el hecho de respirar de forma adecuada. Los pacientes que sufren asma deben hacerlo siempre a través de la nariz, ya que este proceso ayuda a regular la humedad y la temperatura del aire antes de que éste llegue a los pulmones, evitando de esta forma la sequedad o el enfriamiento.

Aprender a respirar correctamente solo requiere unos minutos de dedicación diaria. El paciente puede corregir la forma de su respiración mediante un sencillo ejercicio: de pie, coloca una mano sobre el estómago y la otra sobre el pecho y empieza a respirar pausadamente por la nariz. Si el primer movimiento que se produce es en la mano colocada sobre el estómago, se está realizando una respiración diafragmática. De este modo, se consigue que el aire entre lentamente por la nariz y tenga tiempo de adecuarse a la temperatura corporal. Con la práctica diaria, la persona asmática conseguirá automatizarla.

Otra de las actividades que reduce la posibilidad de sufrir un ataque de asma en estas fechas es la protección de la nariz mediante un pasamontañas o un pañuelo, ya que en un clima frío ayuda a mantener la respiración cálida y húmeda. Una recomendación a tener muy en cuenta a la hora de cambiar de espacio, ya que la variación de temperatura entre un lugar cerrado y el aire de la calle suele ser drástica, con llegadas repentinas de ráfagas de aire frío.

Por último, la Sociedad Española de Neumología Pediátrica recomienda, en los casos que sea necesario, utilizar el broncodilatador antes de salir al exterior. Este medicamento se encarga de relajar los músculos bronquiales y, por lo tanto, ensanchar los tubos bronquiales para que el aire llegue sin dificultades a los pulmones. Hacer uso de él antes de enfrentarse a un cambio brusco de temperatura evitará el inicio de un episodio de crisis asmática. "Cada estación del año conlleva unos riesgos asociados para los menores que padecen esta patología respiratoria. Por ello, es muy importante que éstos incorporen en su rutina diaria pequeños hábitos que reduzcan las posibilidades de sufrir una crisis asmática", asegura el Dr. Sánchez-Solís, presidente de la SENP.