El ‘abc’ de la cirugía bariátrica

La cirugía bariátrica es el único tratamiento que consigue que las personas con obesidad mórbida pierdan peso de forma significativa y mantenida en el tiempo. Y a la vez que se esfuman los kilos de más, la calidad de vida y la autoestima aumentan.

Gracias a la cirugía mejoran otras enfermedades que van de la mano de la obesidad y que merman la salud, como la diabetes, la hipertensión o la apnea del sueño. Es más, disminuye el riesgo que tienen estas personas, mayor que las que se mantienen en un peso saludable, de padecer un evento cardiovascular y cerebrovascular, problemas que pueden poner en riesgo su vida.

A pesar de sus virtudes, la cirugía bariátrica no es una cirugía estética, no es fácil y no es mágica. Por si sola no garantiza resultados exitosos a medio y largo plazo; necesita acompañarse de una vida activa y sana y de una dieta saludable. Además, no todas las personas con kilos de más pueden someterse a ella: esta cirugía está reservada a personas con obesidad mórbida o con obesidad grave que padecen además otras enfermedades que se suman típicamente a la obesidad.

Hay varios tipos de cirugía: restrictivas, malabsortivas y mixtas, que conjugan ambas opciones. A grandes rasgos se puede decir que en las cirugías restrictivas el estómago se hace más pequeño y se llena enseguida; en las malabsortivas se excluye un segmento de intestino delgado para el paso de la comida, por lo que existe menos superficie para digerir y absorber los alimentos.

Ninguna de ella está libre ni de riesgos ni complicaciones y tras la intervención pueden aparecer efectos secundarios. Entre los más relevantes se encuentran náuseas, vómitos, dolor abdominal y alteraciones del ritmo intestinal. Pasado el tiempo, los problemas pueden ser otros, como déficits de vitaminas, hierro o calcio. El riesgo de volver a ganar parte del peso perdido y secuelas estéticas son otras realidades a las que se pueden tener que enfrentar las personas que se someten a una cirugía bariátrica.

Antes de decidir entrar en quirófano tenga en cuenta los pros y los contras que rodean esta intervención. Si decide hacerlo, hable con su cirujano sobre el tipo de cirugía que es más conveniente para usted. Factores, como el peso, enfermedades asociadas, la edad o hábitos alimentarios, inclinarán la balanza a una determinada opción. Y mientras se decide, tenga siempre en mente que es muchos menos peligroso operarse que vivir con una obesidad mórbida sin tratar.

Fuente: Sociedad Española de Cirugía de la Obesidad Mórbida y de las Enfermedades Metabólicas.