La risa, aliada de nuestra salud

La risa es un gesto innato de nuestra especie que significa alegría y felicidad en todas las culturas. Y aunque no es exclusiva del ser humano, algunos primates o las ratas, por ejemplo, también son capaces de hacerlo, lo que es propio y exclusivo del ser humano es el sentido del humor, gracias al cual somos capaces de reírnos ante numerosas situaciones.

Pero, ¿qué ocurre en nuestro cerebro desde que percibe algo gracioso hasta que nos reímos? Las nuevas técnicas de neuroimagen nos han permitido conocer que el procesado del humor tiene lugar en tres etapas, que implican a varias regiones encefálicas. En un lenguaje sencillo, podemos decir que cuando en lugar de la racionalidad cognitiva que nuestro cerebro espera percibir, percibe una incongruencia, carente por tanto de sentido y lógica, se origina una controversia, es decir, el choque entre la racionalidad esperada y el sinsentido recibido. No en vano, el sentido del  humor se origina en un región del cerebro llamada 'central de detección de errores'. Y cuando el cerebro se da cuenta de esa controversia, se recompensa a sí mismo liberando dopamina, un neurotransmisor que nos produce sensación placentera. Es decir, el humor está íntimamente ligado al sistema de la recompensa que también se activa con la comida, el sexo, las relaciones sociales y en las adicciones.

Risa particular y personal

Puesto que la risa es algo innato a nuestra especie, todos somos capaces de reír. Personas sordas o ciegas que nunca han oído o visto la risa también pueden hacerlo y los bebés comienzan a esbozar sonrisas a las cinco semanas de vida. Sin embargo, podría afirmarse que cada persona se ríe de un modo particular y personal.

En palabras del Dr. Marcos Llanero Luque, coordinador del Grupo de Estudio de Neurogeriatría de la Sociedad Española de Neurología (SEN), "el humor está íntimamente ligado al desarrollo cognitivo; por eso, las personas de edades distintas se ríen de cosas distintas. También está relacionado con la época y la cultura en la que vivamos y, por supuesto, con el carácter de cada individuo en particular. Además, las técnicas de neuroimagen han visto que hombre y mujeres tienen distintas formas de procesar el sentido del humor".

Es más, explica el especialista, investigaciones de Richard Wiseman llegaron a señalar que las mujeres se ríen más y disfrutan más del humor porque la risa activa más en ellas dos áreas concretas del cerebro que también tienen que ver con la forma en la que se gestionan las emociones: la del lenguaje y la de la memoria a corto plazo. En estas investigaciones se señaló además que la inteligencia fluida y la capacidad creativa nos ayudan a tener un mayor sentido del humor.

Tampoco todos nos reímos igual siempre. Paul Ekman diferenció hasta 16 tipos de sonrisas y risas, pero fue el neurólogo Guillaume Duchenne el primero en describir cómo diferenciar la risa verdadera de la falsa. Duchenne determinó que cuando una persona muestra una risa forzada es habitual que olvide contraer los músculos alrededor de los ojos.

Beneficios de la risa

En todo caso, cuando la risa es verdadera, puede ser muy beneficiosa para nuestra salud mental y física. Reír reduce el estrés, eleva el estado de ánimo y, en general, fomenta el bienestar psicológico. Y gracias a la risa, el sistema inmune y el umbral del dolor se fortalecen.

Algunos estudios han llegado a firmar que las personas risueñas tienen un 40% menos de problemas vasculares y que viven cuatro años y medio más de media. Por otra parte, los estudios del neurólogo Scott Weems concluyeron que el humor nos hace más inteligentes, porque es una forma de ejercitar nuestro cerebro.

Pero también hay que tener en cuenta que la risa puede estar provocada por estrés, ansiedad, tensión o una lesión neurológica y alertar de algún problema en nuestra salud.