Las vacaciones pasan factura a las parejas con problemas

La principal causa de las rupturas de las parejas estables es la diferente evolución de sus componentes

Si las relaciones de pareja son buenas, al final del verano son mejores, pero, si son malas, las vacaciones pasan factura a muchas de ellas y acaban en separaciones en el otoño, según confirman las estadísticas de rupturas matrimoniales. Dos expertos en relaciones de pareja profundizan en estas situaciones. ¡Toma nota!

El psicólogo clínico especialista en temas de pareja Esteban Cañamares explica a Efe que muchas parejas achacan sus problemas a la falta de tiempo, al estrés y al exceso de trabajo, y piensan que cuando llega el verano se van a limar asperezas. Pero la realidad es que los problemas son profundos y no se arreglan. Y es que, "las relaciones malas son peores en vacaciones".

¿Por qué existen más rupturas durante el verano?

Cañamares recuerda que durante las vacaciones "hay más roces, más enfados, más disputas por el poder en la pareja" y, pasadas las vacaciones, "se produce esa desilusión y ese mayor deseo de separación".

La principal causa de las rupturas de las parejas estables es "la diferente evolución de sus componentes, porque las personas cambian y no necesitan tener quizá un marido tan autoritario o una mujer tan sumisa, por ejemplo".

Por eso, aunque aparentemente se discuta por temas banales, como la temperatura del aire acondicionado, "no es el problema, sino que hace tiempo que ese hombre o esa mujer, al que antes le encantaba que su pareja tomara las decisiones, ahora no".

Los reproches empiezan por "falta de afecto, de caricias o de relaciones sexuales y se acaba de percibir que cada uno va a lo suyo".

A su juicio, cuando no existen diferencias de fondo importante, las discusiones "se olvidan al día siguiente", y las parejas bien avenidas "salen reforzadas del veraneo porque hay más tiempo para hablar, para pasear, para estar juntos".

¿Qué es la mediación familiar?

Después de periodos de vacaciones también aumentan las solicitudes de mediación ante rupturas familiares.

De hecho, "se pueden duplicar el número de llamadas en el mes de septiembre y enero para solicitar información o una cita, justo después de las vacaciones", explica a Efe Julia Pérez, directora de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), organismo que gestiona gran parte de las mediaciones en España.

Destaca que suele ser la mujer la que da el paso y llama para informarse, "porque también normalmente suele ser la que toma la decisión de separase".

"La mediación familiar no es una terapia de pareja, es una intervención y una herramienta o instrumento para que la pareja que ha decidido ya separarse pueda resolver conjuntamente los problemas que puedan surgir de esa ruptura, como la situación con los hijos", señala. En definitiva, las mediaciones pretenden resolver los conflictos a través del acuerdo y el diálogo entre las partes.

Pérez recuerda que aunque las parejas se disuelvan "no se rompe el rol con los hijos y se trata de fortalecer el papel de padre y madre" y de prepararse para las nuevas situaciones familiares.

Indica además que el 80 por ciento de las personas que acuden de forma voluntaria a un proceso de mediación logran un acuerdo que se mantiene en el tiempo más de cinco años, aunque estos pactos tienen valor legal si se llevan a un juzgado para ratificarlo o ante un notario.

La experta describe además escenarios habituales de las crisis de pareja: "se producen más separaciones en parejas de más de diez años de convivencia; hay muchas crisis que tienen que ver con el nacimiento de los hijos, con el síndrome de nido vacío -cuando los hijos abandonan el hogar-, cambios laborales y del ciclo vital de la familia", describe.

Fuente: Efesalud