Claves de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica

Para entender qué es la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) lo primero que hay que saber es cómo respiramos y qué papel juegan los pulmones en todo este entramado. Antes de nada, incluso, hay que conocer quiénes son los integrantes del sistema respiratorio, es decir, las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los bronquiolos.

Importante mencionar

La tráquea es un conducto situado delante del esófago que se divide en dos tubos, los bronquios, que penetran en los pulmones, donde se ramifican multitud de veces, hasta llegar a formar los bronquiolos. Estos terminan en unos minúsculos saquitos de aire, o alvéolos, que están rodeados de capilares. Como son elásticos, cuando cogemos aire cada uno de los alvéolos se llena como un globo pequeño, y cuando exhalamos, se desinflan y el aire sale.

Los pulmones son dos órganos esponjosos de color rosado, situados a ambos lados del corazón y protegidos por las costillas, que nos ayudan a respirar. Cada pulmón se divide en lóbulos, el pulmón derecho tiene tres y el izquierdo dos.

La respiración, paso a paso

El cuerpo humano está formado por millones de células que necesitan oxígeno para funcionar correctamente. Al coger aire o inspirar, los pulmones envían oxígeno a la sangre y gracias a ella el oxígeno llega a todos los rincones del cuerpo. Pero en la sangre también viaja el dióxido de carbono, un producto de desecho que eliminan los pulmones al expulsar el aire o exhalar.

Para que nuestro organismo funcione como un reloj necesita que el oxígeno penetre en la sangre y que el dióxido de carbono la abandone a un ritmo regular, un intercambio que se produce en los alvéolos. Parece complejo, pero la respiración sucede de forma natural, sin que haya que pararse a pensar en cómo hacerlo.

Pero, ¿qué es la EPOC?

Es una enfermedad de los pulmones, que no se cura; pero que sí se puede prevenir y tratar, es decir, está en nuestras manos tomar el control de la enfermedad y mejorar su pronóstico.

El daño que provoca hace que los bronquiolos y los alvéolos pierdan su elasticidad, que la finas paredes de los alvéolos se destruyan y los bronquios se engrosen o los pulmones fabriquen más mucosidad de lo normal. El resultado no se hace esperar: el flujo aéreo se limita poco a poco y las vías respiratorias acaban obstruyéndose.

Cuando el daño es grave, cada vez es más difícil respirar y resulta complicado llevar suficiente oxígeno a la sangre y eliminar el exceso de dióxido de carbono. Con el tiempo, el daño y la inflamación se hacen crónicos.

No hay que confundir EPOC con bronquitis crónica. En la segunda, solo hay tos y expectoración varios meses al año.

Síntomas

Los primeros síntomas de la EPOC comienzan con tos y expectoración y luego siguen con dificultad para respirar o disnea y con fatiga o ahogo al andar y al aumentar la actividad física, como por ejemplo al subir escaleras o caminar cuesta arriba. Poco a poco la persona, sin darse cuenta de que tiene los primeros síntomas de la enfermedad, deja de hacer aquellas tareas que le suponen esfuerzo y le causan ahogo, y con el tiempo algo aparentemente tan sencillo como vestirse y bañarse se cuelan en esta lista de tareas.

Como la cantidad de oxígeno en la sangre disminuye y aumenta la de dióxido de carbono se sufren otros síntomas, como son sensación de agotamiento, falta de concentración e incluso opresión en el pecho. De hecho, las personas con EPOC tienen más riesgo de padecer una enfermedad cardíaca: la EPOC y las enfermedades del corazón, a menudo, van de la mano.

Diagnóstico

La EPOC es una enfermedad sutil que evoluciona lenta pero progresivamente a lo largo de los años. A menudo, sus síntomas se atribuyen a otros problemas leves y ni el médico ni quien lo padece los toman en serio. Con frecuencia, cuando el diagnóstico llega, la enfermedad ya está en un estado muy avanzado.

Por ello, todo fumador mayor de 40 años, con un historial de tabaquismo actual o pasado de 20 cigarrillos al día, y, sobre todo si tiene algún síntoma, debería someterse a una espirometría que desvele la situación real de sus pulmones. Se trata de una prueba muy sencilla, que se realiza en solo unos minutos, simplemente soplando con fuerza y rapidez por un tubo. Con ella se mide la cantidad de aire que cabe en los pulmones y la velocidad a la que esa persona puede expulsar el aire.

Y es que, aunque la EPOC no es una enfermedad reversible, si se diagnostica en su primer estadio puede conseguirse que se ralentice su progresión y que las limitaciones en la vida diaria disminuyan significativamente. Los pulmones y las vías respiratorias dañadas no se pueden reparar, pero todos los síntomas de la EPOC se pueden reducir si se toman las medidas adecuadas y quien sufre la enfermedad colabora activamente.

Datos sobre la EPOC

Cada año mueren 18.000 españoles por culpa de la EPOC, un hecho que la convierte en la primera causa de muerte evitable en España. Por si esto fuera poco, cada vez más personas padecen esta enfermedad; una población que envejece año tras año tiene la culpa de esta situación.

Ahora están desarrollando la enfermedad las personas que empezaron a fumar hace 20 o 30 años, especialmente mujeres. De hecho, a medida que las jóvenes de antaño llegan a la edad adulta están feminizando la enfermedad y cambiando el perfil habitual del enfermo de EPOC: hombre, fumador y mayor de 65 años.

La EPOC es una gran desconocida para la sociedad, incluso para muchos de quienes la padecen; no en vano, otro de los problemas que rodean esta enfermedad es el infradiagnóstico. En nuestro país, las investigaciones muestran que más de un 10% de los adultos, entre 40 y 80 años, padece EPOC, es decir, más de dos millones de españoles. Pero la falta de diagnóstico es tan grande (solo un 27% de enfermos de EPOC está diagnosticado) que se cree que puede haber más de un millón y medio de personas que aún no están diagnosticadas.

Fuentes: Guía de Práctica Clínica para el Tratamiento de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Anexo 1: Información para pacientesGuía de información para pacientes: Conozca cómo vivir mejor con la EPOC. Consejería de Salud de la Junta de AndalucíaGesEPOC, Guía Española de la EPOC.

Con la colaboración de GSK