Ser hijo de padres que ‘mojaban la cama’ aumenta hasta un 80% el riesgo de padecer ese trastorno

La medicación junto a unas normas básicas y la motivación es la combinación más efectiva en el tratamiento de la enuresis

Uno de cada diez niños ronca por la noche, y de ellos, el 20% tiene una apnea del sueño. Por otro lado, se estima que entre un 10 y un 15% de los niños mayores de 5 años padecen enuresis nocturna, es decir, mojan la cama por la noche.

Estos son dos de los trastornos infantiles más frecuentes que ocurren mientras los niños duermen, por eso, los pediatras reunidos en el Congreso Extraordinario de la Asociación Española de la Pediatría (AEP) que se ha celebrado recientemente en Madrid recuerdan la importancia de vigilar el sueño de los niños para poder detectar posibles patologías.

"La enuresis nocturna es un trastorno en el desarrollo madurativo del niño. Aunque es una enfermedad que muchas veces se lleva en ´secreto´, un pediatra que atiende a 1.000 niños, tiene a unos 50 en esa situación", explica el doctor Xavier Pastor, del Hospital Clínic y la Universidad de Barcelona.

Así, señala que "es responsabilidad del pediatra ayudar a que el problema aflore, que no quede escondido", porque con la motivación y el tratamiento adecuado, lo normal es que un niño, cuyo pediatra efectúa el diagnóstico a partir de los 5 años, cumpla los 6 años con el problema resuelto en la mayoría de los casos.

Normas, medicación y motivación

"Los estudios existentes basados en evidencias científicas indican que una normas básicas junto a la medicación es la combinación más efectiva para lograr el éxito y mejorar la calidad de vida de los niños, su propia autoestima y sus relaciones con los demás", indica el doctor Pastor.

Además hay que trabajar la motivación y para ello hay que tratar el problema de mojar la cama con normalidad, sin culpabilizar al niño ni a la familia, y conseguir 'corresponsabilizar' al niño de su higiene y de la adquisición de este hábito.

Para conseguirlo, este experto opta por usar un registro de las noches secas y las noches húmedas y seguir unas normas higiénicas antes de irse a dormir, como "no tomar muchos líquidos a partir de cierta hora". Igualmente, aconseja que el menor participe en el cambio de ropa cuando se produce el escape, eso sí, "nunca como un castigo", advierte.

Además, la motivación debe ir acompañada de terapias desde el mismo momento del diagnóstico, como las alarmas sonoras a los escapes de orina, que entrenan al niño a despertarse.

Herencia

Por otro lado, este experto ha destacado que la enuresis nocturna primaria tiene un componente hereditario. "Cuando uno de los progenitores ha tenido antecedente de enuresis nocturna, el riesgo en sus hijos aumenta entre un 30-40%; una cifra que llega al 70-80% cuando son los dos padres quienes la han padecido".

Asimismo, las probabilidades de tener este trastorno son mayores en gemelos homocigóticos cuando uno de ellos lo presenta.