Picaduras de insectos

La piel caliente de la gente joven y el olor corporal fuerte les atrae especialmente.

Nuestro país está lejos de los trópicos, y aun así alberga numerosas especies de insectos y mosquitos, por lo que no sería extraño que más de alguna vez recordemos las vacaciones por sus desagradables picaduras y por las lesiones cutáneas que nos han dejado.

No es fácil defenderse de ellos, sobre todo porque en verano estamos más desprotegidos de ropa -brazos, piernas, cara y cuello son las zonas más expuestas a las picaduras- y más tiempo al aire libre, o pasamos buena parte del mismo en lugares próximos a ríos, lagos o fuentes de agua, lugares predilectos de estos molestos bichos.

Entre los insectos están, por un lado, los más agresivos y ponzoñosos, como las avispas, abejas, abejorros, hormigas..., luego vienen los arácnidos y escorpiones; por otro, los que chupan sangre provocando además a un intenso picor y dejando una estela de ronchas: mosquitos, garrapatas, chinches, pulgas, tábanos y ácaros.

Según la sensibilidad de la persona, entre las dos y seis horas posteriores a la picadura aparece una pápula y un gran picor, que permanece uno o dos días, aunque en algunos individuos perdura varios días, incluso semanas. Al parecer, les atrae preferentemente la piel caliente de la gente joven y el olor corporal fuerte.

Prevenir

Para prevenir las molestas picaduras se pueden emplear mosquiteras o mallas protectoras en las ventanas o lámparas ultravioleta, aunque estas últimas actúan contra las moscas, no contra los mosquitos. Igualmente se pueden utilizar repelentes o insecticidas, matamosquitos eléctricos, etc.

Existen también productos de aplicación tópica, como cremas y lociones que, aplicadas sobre las zonas de la piel más expuestas, como puños y tobillos, cada cuatro horas, actúan como repelentes y son aconsejables para quienes sufren picaduras con frecuencia. Algunos repelentes no deben ser directamente aplicados sobre la piel, ni mucho menos si de por medio hay heridas o piel irritada. El farmacéutico nos puede aconsejar a este respecto, y muy en especial sobre el uso de repelentes en bebés con más de dos meses de edad o en niños en general.

Conviene, asimismo, que la ropa sea de algodón y que no tenga colores blancos y brillantes, pues atraen a los mosquitos; se puede rociar una vez a la semana con repelente antimosquitos, ya que algunos pueden picar a través de la ropa. El calzado, preferentemente cerrado. Al parecer, los perfumes, lacas y otros productos perfumados, también atraen a los mosquitos.

Las picaduras

Cuando ya la picadura se ha producido, no se debe rascar la zona afectada para no lesionar la piel y no dejarla expuesta a la penetración de bacterias que infecten la herida; lo mejor es limpiar y desinfectar la zona de la picadura con agua y jabón o desinfectante; aplicar compresas frías para que baje la inflamación, o hielo, pero éste nunca directamente sobre la picadura, sino cubierto o envuelto en paños.

También sirve aplicar algodón empapado en amoníaco para neutralizar el ácido de la toxina que genera la hinchazón y el picor. Otro producto recomendable es la loción de calamina; si las picaduras son muy numerosas, puede ser necesario un antihistamínico prescrito por el médico o el farmacéutico.

Si las picaduras son múltiples o la persona afectada es alérgica, aparecen manchas o "habones" en la piel, debe ir a un centro sanitario. En caso de picadura por una avispa en el interior de la boca que dificulte la respiración, hay que chupar hielo y buscar ayuda médica lo antes posible. No se debe recurrir a remedios caseros como barro, saliva, etc.