Ojo seco

Aunque no siempre es fácil, una buena descripción al farmacéutico puede ayudarle a definir si pudiera tratarse de un ojo seco

En la actualidad el ojo seco es la enfermedad oftalmológica más frecuente y una de las consultas que más hacen los pacientes en la farmacia. La sequedad produce molestias oculares y alteraciones visuales y conlleva un daño potencial sobre la superficie ocular. El síntoma principal es la "sensación de cuerpo extraño". Es muy típico describirla como la sensación de "tener los ojos llenos de tierra".

La película de lágrima que se distribuye por el ojo está formada por una capa lipídica y una capa mucosa que le confiere las propiedades necesarias para cumplir las funciones a las que está destinada: proporciona una superficie lisa y regular para que la visión sea óptima, mantiene el confort del ojo, protege de agresiones externas de origen ambiental o infeccioso, protege del rozamiento ocasionado por el parpadeo, nutre y mantiene limpia la superficie favoreciendo la eliminación de residuos.

La superficie ocular está continuamente expuesta a agresiones que producen pérdida de humedad. Si esta pérdida no se compensa con una lágrima óptima en cantidad y calidad se origina el daño.

Las causas son muy variadas. Unas son congénitas, por ejemplo la ausencia de glándula lagrimal, y otras adquiridas. Dentro de éstas últimas, las causas más frecuentes se relacionan con alteraciones en la composición de la lágrima por mal funcionamiento de las glándulas, alteraciones hormonales, irritaciones mecánicas, etc.

Síntomas

Los principales síntomas del ojo seco son: sensación de ardor o quemazón en los ojos; sensación de arenilla, sequedad y cuerpo extraño; dolor, pinchazos, pesadez de párpados, fatiga ocular y enrojecimiento, lagrimeo y visión borrosa.

Otros síntomas pueden ser aumento de la frecuencia del parpadeo, la secreción de los ojos es más mucosa y espesa y se sufre intolerancia a los ambientes secos, con aire acondicionado o con corrientes de aire. Todos los síntomas varían a lo largo del día, pero suelen empeorar hacia la tarde-noche.

Aunque no siempre es fácil, una buena descripción al farmacéutico puede ayudarle a definir si pudiera tratarse de un ojo seco. En este caso podría darnos una serie de recomendaciones básicas para mejorar los síntomas o algún tratamiento para aliviarlo. Si por edad, patologías, etc. considera que el problema es más importante, nos derivará al médico que podrá determinar con seguridad el diagnóstico o definir si existen enfermedades de base que son causa del problema.

Tratamiento

Para tratar el ojo seco, seguiremos una serie de recomendaciones básicas, que seguramente tendremos que aplicarlas de por vida:

  • Evitar aires acondicionados, ventiladores, calefacciones excesivas, lugares cargados de humos, corrientes de aire y polución ambiental.
  • Colocar humidificadores en casa.
  • Usar soluciones o toallitas impregnadas estériles para limpieza de párpados. La higiene palpebral es básica para el alivio de las molestias y está demostrada la eficacia de la limpieza diaria de los párpados,  eliminando la grasa acumulada, favoreciéndolo con un suave masaje.
  • Aplicarse lágrimas artificiales, de más o menos consistencia (soluciones o geles) dependiendo de la hora de aplicación, la duración que queramos que tenga la acción y de la causa que origine el ojo seco.

El tratamiento generalmente no es curativo, sino sintomático, y busca mejorar la superficie ocular y la sensación de malestar.

Existen otras opciones terapéuticas cuando la patología lo determina o no funcionan estas medidas, como los tratamientos estimuladores, antiinflamatorios, oclusión puntual con tapones entre otros de colágeno o silicona y el suero autólogo.