Hacerse un chequeo post-COVID aconsejable para todos los pacientes

No todas las complicaciones posteriores a la COVID-19 presentan síntomas visibles al principio, por lo que es recomendable realizarse una revisión general.

CHEQUEO-MEDICO-POST-COVID

La enfermedad por el coronavirus o COVID-19 es un cuadro que en ocasiones es potencialmente grave. Con más de dos millones de fallecidos en todo el mundo, oficialmente más de 55.000 en España[1], a medida que la pandemia ha madurado, algunos pacientes han manifestado secuelas a largo plazo tras la infección. “La mayoría de los pacientes se recuperan por completo, pero aquellos que no lo han hecho, refieren síntomas persistentes que duran semanas o meses después de la enfermedad aguda. Se están realizando estudios a largo plazo para comprender la naturaleza de estos síntomas”, apunta Victoria Martínez, médico especialista en Medicina Interna en MD Anderson Cancer Center Madrid.

Desde este departamento se evalúa a los pacientes con COVID crónico, o Long COVID; es decir, sujetos con signos y síntomas que se desarrollan durante o después de una infección compatible con la COVID-19, y que continúan durante más de 12 semanas sin explicarse mediante un diagnóstico alternativo. Al igual que con otras infecciones, pueden surgir secuelas inflamatorias y virológicas tardías.

En este sentido, el porcentaje de afectados por Long COVID es variable según los estudios, tal y como explica la Dra. Martínez, pero afectaría al menos al 10% de los pacientes totales. Los síntomas, que se pueden dar hasta en dos tercios de los pacientes, incluyen cansancio, malestar tras hacer un esfuerzo, disfunción cognitiva, dolores musculares y articulares, malestar gastrointestinal, erupciones cutáneas, alteraciones metabólicas, como un mal control de la diabetes o del colesterol, enfermedades tromboembólicas, y enfermedades mentales.

De esta forma, la vigilancia de la salud de los pacientes que pasaron por dicha dolencia es clave, ya que incluso algunos asintomáticos han sufrido complicaciones posteriores. Ha habido secuelas que no mostraban síntomas, y sin un chequeo general posterior no hubiesen podido ser detectadas a tiempo. 

En hematología, las pruebas que se realizan en este chequeo son una anamnesis y un análisis de sangre completo. “Se han visto alteraciones y desajustes en los procesos inflamatorios de los pacientes que han pasado COVID-19, que llevan de la mano alteraciones en la coagulación. La idea de este chequeo es, sin ser alarmistas y a través de unas pruebas lo menos invasivas posibles, descartar problemáticas tardías, como puede ser el riesgo de un evento trombótico”, apunta Adolfo de la Fuente, jefe del Servicio de Hematología de MD Anderson Madrid.

Cardiología y Neumología, especialidades afectadas por COVID

 

Por su parte, “las complicaciones más frecuentes que estamos viendo en cardiología son la aparición de trombosis en pulmones y piernas y una mayor frecuencia de pericarditis y miocarditis (inflamación del corazón)”, señala el doctor David Vivas, del Servicio de Cardiología de MD Anderson Madrid.

Además, aunque estos problemas suelen aparecer de forma más frecuente en varones con antecedentes de cardiopatías, enfermedades respiratorias o factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, sobrepeso u obesidad, colesterol alto, hábito tabáquico...), la realidad es que cualquier persona que haya pasado por esta enfermedad es susceptible de desarrollar algún tipo de dolencia. Las personas jóvenes, sin factores de riesgo y que hayan sufrido de forma leve e incluso asintomática la COVID-19, también tienen una mayor probabilidad de desarrollar estas complicaciones en los próximos meses.

Por este motivo, aunque siempre es recomendable acudir a un especialista tras pasar la COVID-19, lo es aún más en caso de tener factores de riesgo cardiovascular, pulmonar o hematológico, o síntomas como cansancio, fatiga, dolor de pecho o palpitaciones.

“En este chequeo, lo que hacemos es realizar una valoración basal del riesgo de afectación cardiovascular del paciente incluso antes de contraer la COVID-19, enfocándonos sobre todo en los síntomas que nos refiere el paciente”, explica el doctor Vivas. En función de las características de cada persona, se valora la realización de una serie de pruebas no invasivas como el ecocardiograma, el electrocardiograma, el ecocardiograma Doppler, prueba de esfuerzo, un Holter, ergometría, etcétera, para llegar a un diagnóstico.

El doctor Allan Sam, neumólogo de MD Anderson Madrid, explica que “en su especialidad comienzan el chequeo con una entrevista para conocer los antecedentes y la situación actual del paciente, tras lo cual se les realiza una prueba de función respiratoria completa, que incluye una espirometría y una prueba de difusión”. A esta prueba se le acompaña con otra de imagen, que puede ser una radiografía o un TAC, dependiendo precisamente de lo que se haya observado en los pasos previos. Con esto, los doctores ya pueden analizar si son necesarias más pruebas, si hay que revisar de nuevo al paciente en 3 o 6 meses, o si se le puede dar el alta.