Aumentan las consultas por trastornos de ansiedad y depresión de personas en paro

El alto nivel de desempleo de larga duración unido a la incertidumbre económica que esta situación genera en los parados ha motivado un significativo aumento de los casos de ansiedad, depresión y estrés entre este colectivo, situación que en los últimos años se da con mayor frecuencia en las consultas de Atención Primaria.

"Como consecuencia de la crisis económica es más común que acudan a nuestras consultas personas en paro que presentan trastornos mentales, ya que su situación les hace más sensibles y vulnerables a las circunstancias de su entorno", asegura el doctor Antonio José Madueño, miembro del Grupo de Salud Mental de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC).

Aunque el mayor consumo de antidepresivos no se debe sólo a la situación económica actual, sí es cierto que la aparición de nuevos fármacos, con menos efectos secundarios, unido a la crisis que atravesamos ha tenido un impacto importante sobre la salud de los españoles, llegando a multiplicar su demanda.

Las alteraciones afectivas, la ansiedad, la depresión, así como los trastornos adaptativos son los principales motivos de prescripción de psicofármacos en la consulta del médico de familia. El doctor Madueño comenta: "El perfil del paciente al que se prescribe con más frecuencia coincide con el que a su vez los demanda, una persona de mediana edad, tanto hombre como mujer, y de cualquier condición sociocultural".

Una vez realizado el diagnóstico se debe realizar un seguimiento al paciente para comprobar la eficacia del tratamiento prescrito y si existe algún tipo de efecto secundario. Además, como afirma Madueño: "El tratamiento farmacológico, en caso de que se prescriba, siempre debe ir acompañado de psicoterapia de apoyo. Es decir, hay que ofrecer al paciente un espacio de escucha en el que pueda exponer confidencialmente sus problemas y en el que se le oriente acerca de cómo poder afrontarlos".

Uso de psicofármacos

Los ansiolíticos, y más en concreto las benzodiacepinas, son los psicofármacos más prescritos por el médico de familia. En este sentido, en general su utilización es adecuada a corto plazo, mientras que pocas veces está justificado su consumo de forma más constante, como ha pasado en los últimos años.

Como aclara el doctor Madueño: "Cuando se toman de manera prolongada no siempre resulta fácil retirarlos debido a la dependencia que generan. Los antidepresivos, en cambio, no producen esa adicción pero sí pueden provocar un síndrome de abstinencia si se dejan de tomar de repente. Por eso se debe hacer de manera paulatina.

No obstante, no parece existir un consumo abusivo de antidepresivos sin prescripción médica; más bien al contrario: muchas veces detectamos un problema de cumplimiento con abandonos por parte de los pacientes antes de lo que se considera adecuado para evitar recaídas".

Es más fácil que se sufra un problema de abuso con las benzodiacepinas. Si su toma es frecuente pueden generar dependencia y síntomas de abstinencia al retirarlas, por lo que se recomienda su uso a corto plazo (4-8 semanas) y su retirada gradual.