5 DE NOVIEMBRE: DÍA DEL CUIDADOR

El 89% de los cuidadores en nuestro país son mujeres

Ser cuidador puede acarrear repercusiones económicas, laborales y afectación de la salud, especialmente en el área psicológica.

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Mujer ayuda a su marido con la medicación

Mujer, de mediana edad, en torno a los 55 años, casada y que realiza labores de ama de casa: es el perfil predominante del cuidador en nuestro país. Habitualmente se trata de mujeres que se responsabilizan de una persona dependiente con la que les une una relación de hija en el 50% de los casos y, en menor porcentaje, de esposa o compañera.

Según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el 89% de los cuidadores en nuestro país son mujeres, de modo que podríamos hablar de la “feminización del cuidado”. Como señala Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, “el concepto de cuidados informales se ha desarrollado en los últimos años en torno a la idea de trabajo que se da en la esfera de lo privado o doméstico, con una falta clara de reconocimiento social, prestado en torno a unas relaciones afectivas y de parentesco y que es realizado mayoritariamente por mujeres como parte de su rol de género”.

Sin embargo, el especialista también apunta hacia un posible incremento del número de cuidadores varones en el futuro en relación con la reducción del tamaño de las familias y con el cambio de roles de género. “Lo habitual en la actualidad es que los hombres desempeñen el papel de cuidadores cuando se trata de su cónyuge y si no hay mujeres en el entorno familiar. Tienden a sufrir un nivel de estrés menor que las cuidadoras, entre otros motivos, porque suelen ocupar un papel de cuidador secundario, disponen de más recursos económicos y suelen recibir más reconocimiento y apoyo social que ellas”.

Ejercer como cuidador puede acarrear una serie de consecuencias negativas, especialmente repercusiones económicas, laborales y del uso del tiempo propio, además de la afectación de la salud, especialmente en el área psicológica. Como afirma Adrados, “la sobrecarga actúa como estresor y además pueden aparecer otros cuadros sintomatológicos como apatía, bajo estado de ánimo, trastornos de angustia, soledad, sentimientos de culpa, rabia, etc., lo que se traduce en el llamado síndrome del cuidador”. 

Autocuidado del cuidador

Pedro Adrados nos da una serie de consejos para contribuir a prevenir o rebajar la sintomatología de los cuadros psicológicos mencionados:

  • Mantenerse informado, ya que ayuda a tomar decisiones sobre salud más fundadas y a entender mejor cualquier desafío que tenga que afrontar la familia.
  • Buscar apoyo en los demás miembros de la familia y amigos o incluso inscribirse en un grupo de apoyo local o por Internet; existen múltiples opciones.
  • Identificar los objetivos en función de lo que el cuidador y la persona objeto de cuidado puedan realmente hacer, es decir, utilizando criterios de realidad objetiva.
  • Autocuidados del cuidador: hacer lo posible por mantener los intereses personales, las amistades y pasatiempos. La clave es alcanzar el equilibrio entre ambas esferas y aceptar nuestras limitaciones.