18 DE FEBRERO: DÍA INTERNACIONAL DEL SÍNDROME DE ASPERGER

1 de cada 100 niños presenta Síndrome de Asperger al nacer

El Síndrome de Aspeger, es un trastorno muy frecuente, 1 de cada 100 niños/as lo presenta desde el nacimiento, siendo mayor la incidencia en varones.

El 18 de febrero es el Día Internacional del Síndrome de Asperger, un trastorno del neurodesarrollo reconocido por la comunidad científica desde 1994. Actualmente forma parte de los conocidos como Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Desde el hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz conscientes de la necesidad de ofrecer una atención adecuada a las personas que sufren este trastorno, ha formado a los profesionales de todas las especialidades médicas, así como al personal de atención al paciente.

El Síndrome de Aspeger, es un trastorno muy frecuente, 1 de cada 100 niños/as lo presenta desde el nacimiento, siendo mayor la incidencia en varones. Se caracteriza por una alteración cualitativa de la interacción social, así como de los patrones de comportamientos, intereses y actividades. Sin embargo, y a diferencia del Autismo, no existe relación entre el Asperger y un retraso clínicamente significativo del lenguaje o intelecto. De hecho, la capacidad intelectual de un niño con este trastorno puede ser superior a la media, lo que complica el diagnóstico temprano de la alteración.

Julia Campuzano Serrano y Macarena Talero Fernández, psicólogas y José Mª Valderrama Pérez, Neuropsicólogo Pediátrico hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz, afirman que “Es esencial identificar la presencia de este trastorno, lo antes posible, para posibilitar una ayuda especializada e individualizada e implementar adaptaciones tanto en el ámbito familiar como escolar”.

¿Cómo detectar si un niño sufre el Síndrome de Asperger?

 

Para un diagnóstico adecuado, hay que tener presente, cuales son los principales síntomas. Algunos de los más destacados son: las dificultades en la relación con iguales, la tendencia a la literalidad (no comprensión de bromas, ironías y dobles sentidos), la tendencia a jugar solo o realizar actividades “repetitivas” y no mirar a los ojos o hacerlo de forma puntual. También es frecuente, que, en edades iniciales, se observen ciertas aptitudes, que pueden llamar la atención como pueden ser conocimientos muy profundos o detallados de ciertos temas complejos, un vocabulario más elaborado que el propio de su edad o aprender rápidamente grandes contenidos de información (matrículas de coches, nombres de calles, números de teléfono…).

Por otro lado, existen comportamientos relacionados con la inflexibilidad, la poca adaptabilidad a los imprevistos o cambios de rutina y el reconocimiento y expresión de emociones y empatía. Hay que destacar que cada niño/a que presenta el Síndrome de Asperger es distinto y presenta unas capacidades y unas dificultades específicas.

Si el diagnóstico es importante, ser conscientes de la necesidad de educar teniendo en cuenta este trastorno, lo es más todavía.  En palabras de Tatiana Luis López, facilitadora certificada de Disciplina Positiva y madre de un hijo con TEA: “Educar a un niño con necesidades especiales es un reto. Muchas veces los padres caemos en consentir, sobreproteger e incluso, subestimar sus capacidades. Nuestros peques son distintos, no solo porque tengan autismo, sino porque cada ser humano es diferente. Reconocer esa realidad es el primer paso para avanzar hacia una crianza consciente. Y continua, aunque tengan necesidades distintas en cuanto a su condición (comunicación, habilidades sociales, rigidez, intereses restringidos…), sí que comparten algo con todas las personas: tienen necesidad de pertenecer y sentirse útiles. Es aquí donde la disciplina positiva entra en acción”.

¿Hay cada vez más adultos que son diagnosticados de este Síndrome?

 

Aunque bien es cierto que el diagnóstico de Asperger suele conocerse y darse a edades tempranas, algo que facilita la intervención y, por tanto, un buen desarrollo tanto personal como profesional. Julia Campuzano Serrano y Macarena Talero Fernández, psicólogas y José Mª Valderrama Pérez, Neuropsicólogo Pediátrico del hospital Viamed Santa Ángela de la Cruz afirman que “A raíz de estos diagnósticos en la edad adulta, hoy día se conocen algunos de los problemas con los que se encuentran los adultos con Asperger, lo que en cierto modo también ayuda a la intervención en la infancia. Nos encontramos ante pacientes con dificultades en las relaciones con los demás y en su manera de comunicarse, lo que puede llevarlos a dificultades para encontrar empleo, adaptarse a un entorno laboral y por tanto se vuelve algo limitante”.