Sólo uno de cada cuatro jóvenes que toman alcohol desearía dejar de beber o al menos reducir su consumo

Las medidas llevadas a cabo para reducir el consumo de alcohol no han logrado los resultados esperados

El inicio en el consumo de alcohol en edades tempranas es un tema de gran calado social. En este contexto, la Fundación Pfizer ha dedicado su IX Foro de Debate Social a abordar el tema 'Juventud y Alcohol, una cuestión de todos', un foro en el que se ha dejado patente que las medidas llevadas a cabo hasta ahora para reducir el consumo de alcohol entre los jóvenes no han logrado los resultados esperados.

Para Pedro Núñez Morgades, patrono de la Fundación Pfizer, "como en todas las situaciones sociales problemáticas, la mejor medida preventiva es la educación" y para ello, explica, es necesario logar una intercomunicación mucho mayor entre la escuela y los padres para coordinar los mensajes que mandamos a nuestros hijos.

Para conocer esta realidad, la Fundación Pfizer ha llevado a cabo el estudio sociológico 'Juventud y Alcohol', que se puede descargar gratuitamente en la página web www.fundacionpfizer.org, y que ha comprendido un total de 1.675 entrevistas (realizadas a jóvenes españoles de 12 a 18 años, padres y madres, y profesores de la ESO y Bachillerato).

Una de sus conclusiones muestra el largo camino que aún queda por recorrer. Y es que, a pesar de que la mayoría de los jóvenes afirma estar suficientemente informado sobre los efectos y problemas asociados al consumo de alcohol, sólo uno de cada cuatro se propone dejar de beber o al menos reducir su consumo.

Desconocimiento y falsas creencias

El estudio pone sobre la mesa un importante grado de desconocimiento de los padres sobre los hábitos de sus hijos: el 44 por ciento de los padres de adolescentes que consumen alcohol no lo sabe.

Por otro lado, y tal y como refiere el doctor Juan Álvarez, patrono de la Fundación Pfizer, en la actualidad los jóvenes se inician en el consumo de alcohol a los 13,7 años de edad media, más de un año antes de lo que sus padres creen. Entre las razones para hacerlo, explica este especialista, prima el deseo de experimentar tras la asistencia a celebraciones o fiestas.

Un desconocimiento que choca con otra realidad que desvela esta encuesta. Y es que más de la mitad de los progenitores que tienen hijos consumidores de alcohol les permiten beber. Sin embargo, cuando se pregunta a los jóvenes sobre la frecuencia con la que hablan en casa sobre el alcohol y sus efectos, más de la mitad confirma un escaso o nulo contacto con sus padres para hablar de este tema.

Desconocimiento entre los padres y falsas creencias entre los jóvenes. De hecho, entre un 20 y un 30 por ciento de los adolescentes sigue admitiendo algunos mitos favorables al alcohol como que beber sólo los fines de semana no produce daños en el organismo, que sólo es malo para la salud si se consume durante muchos años seguidos o que 'no es tan malo como dicen'.