¿Cómo podemos mejorar la nutrición de los más pequeños?

Inculcar a los padres la necesidad de una dieta equilibrada y saludable para sus hijos es imprescindible para plantar cara a la obesidad infantil

Aproximadamente uno de cada tres niños sufren sobrepeso en España debido, en muchos casos, a sus malos hábitos alimenticios, las prisas del día o la falta de conocimiento. Inculcar a los padres la necesidad de una alimentación adecuada para sus hijos es imprescindible a la hora de reducir el aumento de obesidad infantil.

Por ello, Imaginarium, la marca española líder en el ámbito del juego y la educación infantil, se ha unido a Hospitales Nisa en una campaña para concienciar a los padres de la importancia de una dieta equilibrada y saludable para sus hijos. Por ello, han realizado un decálogo especializado en nutrición infantil:

1. No abusar de cremas y purés

En torno al año de edad, el bebé tiene que comenzar a masticar comida de textura blanda para que puedan triturarla con las encías. Zanahoria o patata cocida en pedacitos pequeños, plátano maduro machacado con el tenedor, arroz blanco... harán que vaya adquiriendo la destreza necesaria para el desarrollo dental y la salud digestiva.

2. Vigilar el tamaño de las raciones

A pesar de que vivimos en un mundo de porciones XXL, durante la infancia hay que valorar la altura, el peso, el sexo y la actividad física que hacen los pequeños para adecuar los alimentos que toman. Es muy importante tener presente que son niños y que no es razonable que coman la misma cantidad que un adulto.

3. Ojo con la sal

Además de la preocupación existente por la ingesta de grasas y azúcares, lo cierto es que el exceso de sal también es un problema en la infancia.

Se calcula que entre el 2% y el 3% de la población pediátrica española sufre hipertensión, asociada casi siempre a la obesidad. Buena parte de este sodio de más se encuentra oculta en alimentos procesados, embutidos, conservas e incluso chucherías y productos asociados a la categoría de dulces (galletas, cereales...).

Se debe controlar el consumo y vigilarla cantidad que se añade a la hora de cocinar. Una buena opción puede ser sazonar con especias.

4. Cinco comidas diarias

La mejor manera de conseguir un aporte nutricional saludable y equilibrado es hacer cinco comidas diarias. Cada una tiene su importancia, de manera que no hay que saltarse ninguna o resolverla de cualquier manera. Los niños no deben salir de casa sin desayunar, ni obviar la merienda y tampoco irse a la cama sólo con un vaso de leche.

5. Haz que participe

Implicar a los pequeños en tareas cotidianas como cocinar, poner la mesa o ir a la compra son maneras de inculcar buenos hábitos y de ir conociendo las propiedades de los alimentos, su procedencia y por qué es importante llevar una dieta saludable.

6. Deja sitio para el postre

El postre es el momento idóneo para introducir la fruta. Cuando toque lácteo se debe optar por las variedades simples (queso fresco, yogur...) y dejar las variedades azucaradas para ocasiones especiales.

7. Para beber, agua

Ha de ser siempre la bebida de elección y su consumo no debe ser sustituido por refrescos, bebidas gaseosas o zumos, que han de tomarse de manera ocasional.

8. Ojo con el picoteo

Picar entre horas incrementa el riesgo de sobrepeso y obesidad, puesto que se tiende a ingerir más calorías de las recomendables al comer sin hambre o al escoger snacks, golosinas y aperitivos poco valiosos nutricionalmente. Este hábito desequilibra y empobrece la dieta.

Existen opciones más saludables para calmar el apetito, como son la fruta en trozos, un puñadito de frutos secos, bastoncitos de verdura, tomatitos cherry, gajos de mandarina...

9. En la variedad está el gusto

Combinar alimentos, grupos de nutrientes, preparaciones y texturas es una alternativa excelente para no correr riesgo de desarrollar ninguna carencia y una manera de que los niños aprendan que la dieta saludable no tiene por qué ser aburrida.

Por ejemplo, se pueden mezclar verduras en el mismo plato de diferentes colores, probar otras variedades de arroz, cereales o introducir frutas menos habituales de vez en cuando. Las combinaciones son infinitas.

10. Dar ejemplo

Los padres son el principal ejemplo para los niños, son el espejo en el que se miran. Si se sale de casa sin desayunar, no se prueban alimentos nuevos, ni se toma pescado por ejemplo, ellos tampoco lo harán.

Es muy importante procurar que el menú (adaptando el tamaño de las raciones) sea el mismo y cuando no sea así se deben explicar las razones de por qué tomas algo distinto.