Claves de la infección por rotavirus

Las infecciones por rotavirus son la causa más frecuente de gastroenteritis en lactantes y niños pequeños, al tratarse de un virus muy contagioso y resistente. Fiebre, vómitos y deshidratación con los síntomas que delatan una posible infección. El simple contacto con otros niños y/o cuidadores contagiados por esta enfermedad, o con objetos que han estado en contacto con personas infectadas, aumenta el riesgo de contagio. Y como el virus se disemina rápidamente en el entorno familiar, en guarderías o centros escolares, llegando incluso a originar brotes epidémicos, siempre que se detecte un caso de rotavirus se deben extremar las precauciones.
Prevención
Entre las precauciones necesarias destaca, por su elevada eficacia, la prevención de la enfermedad, y en este sentido las vacunas son la principal estrategia. Y es que, según el doctor Javier Aristegui, del departamento de Pediatría del Hospital de Basurto (Bilbao), "las vacunas frente al rotavirus se administran oralmente, desde las seis semanas de vida, y protegen de forma segura y eficaz frente a la mayoría de los rotavirus circulantes responsables de la gastroenteritis aguda en nuestro entorno, disminuyendo en un cien por cien los casos graves de la enfermedad y previniendo la necesidad de atención médica o el ingreso en el hospital".
En segundo lugar, para prevenir la enfermedad hay que aumentar las medidas higiénicas y desinfectantes; aunque lo cierto es que, cuando se trata del rotavirus, estas no evitan por completo la transmisión de la enfermedad. Y es que, como es un virus muy contagioso y resistente, no se elimina con el simple lavado de manos ni con muchos desinfectantes habituales y sobrevive mucho tiempo en superficies que han estado en contacto con una persona infectada.
Evolución de la enfermedad
En nuestro entorno, gracias a la fácil disponibilidad de tratamientos de rehidratación, el rotavirus tiene una mortalidad muy baja, pero es una causa muy frecuente de consulta médica e ingreso hospitalario e impacta de forma significativa en las familias de los pequeños que lo padecen, tanto de forma emocional como material.
Un mismo niño puede padecer más de una vez una infección por rotavirus. La primera vez suele ser la más grave, lo que indica que el niño desarrolla una protección frente a sucesivas reinfecciones. Por otro lado, no se puede saber de antemano qué niños con una infección por rotavirus tendrán un cuadro leve y qué niños tendrán una evolución grave, es decir, no existen grupos de riesgo; dicho de otro modo, no hay manera de predecir la evolución.
Fuente: Sanofi Pasteur MSD