¿Gripe o resfriado?

En ambos casos se trata de enfermedades infecciosas cuyo tratamiento consiste en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones

Tanto el resfriado como la gripe son enfermedades infecciosas producidas por virus que infectan las vías respiratorias. Afectan cada año a millones de personas, causando un gran absentismo laboral, con los consiguientes costes económicos y sociales. La forma de transmisión es la misma. Las gotitas que origina al hablar, toser o estornudar la persona enferma contienen virus que pasan, vía aérea, a la persona sana. Tienen una sintomatología similar, aunque existen diferencias que nos pueden ayudar a distinguir si nuestros estornudos, lagrimeo, congestión nasal, etc. se corresponden con una u otra patología. En ambos casos, el tratamiento va encaminado a aliviar los síntomas, pero es importante prestarle atención, pues la gripe puede ocasionar complicaciones, especialmente en colectivos vulnerables (ancianos, niños, etc.).

¿Qué es el resfriado?

El resfriado es una enfermedad infecciosa molesta pero poco grave, producida por virus. Los niños suelen sufrir más resfriados que los adultos, seguramente por el mayor contacto físico entre ellos y por la inmadurez de su sistema inmunitario.

Los síntomas más importantes son:

  • Fiebre leve.

  • Dolor de cabeza moderado.

  • Ligeros dolores musculares y articulares.

  • Conjuntivitis: ojos irritados y llorosos.

  • Congestión nasal con estornudos frecuentes.

  • Otros síntomas: dolor de garganta, tos seca de suave a moderada y debilidad.

Se presenta en forma de epidemias anuales que ocurren durante los meses más fríos. En este tiempo, al permanecer mayor tiempo en lugares cerrados, poco ventilados y secos, las posibilidades de sufrir un resfriado aumentan.

Aunque es una creencia extendida, el enfriamiento de la superficie corporal no induce por sí mismo resfriados, aunque hay estudios recientes que establecen una cierta relación. Aparte de la exposición a los virus causantes, los factores que pueden facilitar la infección son: fatiga excesiva, estrés emocional, alteraciones rinofaríngeas alérgicas o fase intermedia del ciclo menstrual.

¿Qué es la gripe?

Es una enfermedad infecciosa aguda. La causan 3 tipos de virus que cambian continuamente, por eso los seres humanos no tenemos defensas contra ellos y las vacunas deben cambiar cada año de composición, siguiendo sus variaciones.

La infección ocasiona una alteración de la mucosa respiratoria mucho más severa que la que se da en los procesos catarrales y la afectación es mucho más marcada. La convalecencia es más larga persistiendo el malestar general, la astenia y la tos.

De entre las posibles complicaciones de la gripe, cabe destacar la bronquitis y la neumonía producidas por infecciones secundarias pulmonares, más frecuentes en ancianos, pacientes con cardiopatías previas y/o enfermedades pulmonares crónicas y/o inmunodeprimidos.

Algunos síntomas de la gripe son comunes a todas las edades, en cambio otros son más específicos de determinados grupos de edad. Por ejemplo, en ancianos es frecuente la aparición de dificultad respiratoria o la producción de esputo y, en niños, son frecuentes las otitis medias y las molestias abdominales.

Existen una serie de medidas básicas para evitar la propagación de los virus, prevenir el contagio y aliviar los síntomas:

Medidas preventivas:

  • Lavarse las manos frecuentemente.
  • Usar pañuelos de papel al toser y estornudar para evitar que el virus pase a través del aire a otras personas.

  • Protegerse del frío y evitar los cambios bruscos de temperatura.

  • No permanecer en ambientes cargados, ni donde haya mucha gente.

  • Evitar el tabaco y el alcohol.

Medidas paliativas:

  • Guardar reposo.

  • Beber abundante líquido (al menos 2 litros al día), sobre todo zumos de limón y naranja, ricos en vitamina C.

  • Lavar los ojos si hay lagrimeo, con suero fisiológico estéril, y hacer lavados nasales con suero fisiológico, agua marina, etc. para aliviar la congestión nasal.

  • Tomar correctamente el tratamiento recomendado por el médico o farmacéutico, evitando la automedicación.

Tratamiento farmacológico

Son enfermedades producidas por virus, luego el tratamiento farmacológico irá encaminado a aliviar los síntomas, y prevenir complicaciones. El médico o el farmacéutico instaurarán el tratamiento de forma individualizada y se suprimirá a medida que los síntomas vayan desapareciendo.

Fundamentalmente se usan fármacos que alivian la congestión nasal, la tos, la rinorrea, el dolor de garganta y el malestar general, bien por separado o bien en forma de los llamados "antigripales", que presentan principios activos en asociación con el objeto de aliviar de forma global estos síntomas. Suelen llevar un analgésico para el dolor, un antihistamínico para disminuir el moco, un descongestivo y a veces vitamina C o cafeína.

La fitoterapia también puede ayudar al tratamiento farmacológico. Las plantas más usadas son la equinacea y el sauce, la primera por sus propiedades antivíricas y la segunda por su efecto sobre el dolor y la fiebre. Con acción descongestiva tenemos el eucalipto y las yemas de pino, y para combatir la tos, el tomillo.

No se tomarán antibióticos. Son totalmente ineficaces contra los virus, ni mejoran los síntomas ni aceleran la curación, y sin embargo pueden producir efectos indeseables para la salud.