La eyaculación precoz se puede tratar

Según los datos que maneja la Asociación Española de Urología, un 30 por ciento de los varones españoles padece eyaculación precoz, un trastorno que puede hacer acto de presencia desde la primera relación sexual, (eyaculación precoz primaria) o aparecer años más tarde, tras haber disfrutado de muchas relaciones sin problemas (eyaculación secundaria o adquirida).

En cualquier caso, no es una cuestión de tiempo sino de control. En definitiva, un trastorno sexual que se caracteriza por la dificultad del hombre para controlar la eyaculación durante sus relaciones sexuales, tanto antes, como durante o después de la penetración. Una vez que aparece, la eyaculación precoz apenas varía con el paso de los años y acompaña al hombre a lo largo de toda su vida.

En los varones con eyaculación precoz, el mecanismo de la eyaculación es el mismo que en los varones sin ella, aunque se produce mucho más rápido y con menos sensación de control. Los hombres con eyaculación precoz comparan su falta de control sobre la eyaculación con un estornudo: sienten que va a suceder, pero no pueden hacer nada por detenerlo. Eso ocurre porque, al igual que un estornudo, la eyaculación es un acto reflejo controlado por el cerebro y el sistema nervioso que, una vez desencadenado, no puede detenerse. Puede desencadenarse por una estimulación sexual mental o física.

Origen y tratamiento

Hasta hace poco tiempo, los profesionales estaban convencidos de que la causa era de origen psicológico pero en la actualidad barajan como un factor aún más determinante la causa neurobiológica. Y es que al parecer la eyaculación precoz es un problema localizado en el cerebro y está producido por una disminución en los niveles de serotonina, unas moléculas (neurotransmisores) que están relacionadas con el control de la eyaculación. Un descubrimiento sobre el que se asienta la dapoxetina, el primer fármaco indicado para controlar y retrasar la eyaculación precoz.

Hasta ahora el tratamiento de la eyaculación precoz giraba fundamentalmente en torno a técnicas psicológicas y conductuales: técnicas de parada y arranque 'stop-start' y comprensión 'squeeze', una serie de ejercicios con los que aumentar la sensación de control sobre la eyaculación; y asesoramiento psicológico, con el que, además de ayudar a algunos hombres a conseguir algún control consciente sobre la eyaculación, paliar la baja autoestima y demás síntomas psicológicos que acompañan a este problema. Otros de los tratamientos que han dado resultados positivos en ciertos varones es reducir la sensibilidad del pene, mediante, entre otras técnicas, el empleo de profilácticos especiales o determinados productos tópicos.

En cualquier circunstancia, hay que tener siempre presente que será el especialista médico quien determine qué tratamiento es el más adecuado en cada caso, teniendo en cuenta las características y situación de cada paciente. Todos los posibles tratamientos buscan lo mismo: controlar la eyaculación del varón y proporcionar una experiencia sexual satisfactoria tanto para el hombre como para su pareja.