La crisis económica dificulta el sueño de los españoles

Una de cada tres personas con insomnio padece un problema de salud mental

El momento actual que vivimos de desesperanza e incertidumbre económica está pasando factura a los españoles a la hora de conciliar el sueño. Ahora son más las personas que acuden a las consultas de Atención Primaria con ansiedad y con problemas para dormir, una realidad que en opinión de la doctora María Jesús Cerecedo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), "está directamente relacionado con los problemas económicos y laborales que ha desencadenado la crisis que actualmente vivimos".

El insomnio es uno de los problemas que con más frecuencia se encuentran los médicos de familia en sus consultas, de hecho se calcula que un 30 por ciento de la población tienen dificultades para conciliar el sueño y que un 10 por ciento lo sufre de manera crónica. Mujeres, ancianos y personas que viven solas (separados, divorciados o viudos) son los que lo padecen con más frecuencia. Las situaciones estresantes, como el cambio de turnos en el trabajo, el consumo de medicamentos y sustancias excitantes y el tabaco pueden ser la causa de su aparición o al menos contribuir a ella.

Insomnio y depresión

El insomnio y la depresión van muchas veces de la mano. Aunque no todas las personas que no logran conciliar el sueño van a tener necesariamente una depresión, un estudio realizado a 420 pacientes que han pasado por un centro de salud de Cataluña y cuyos resultados se presentaron en el último Congreso de la semFYC ha puesto sobre la mesa una cifra alarmante. Así, de él se desprende que uno de cada tres pacientes que acude a la consulta del médico de familia por un problema de insomnio sufre un trastorno de salud mental, en la mayor parte de los casos depresión.

Contra el insomnio

El primer paso contra el insomnio es poner en práctica una serie de pautas con las que conseguir una correcta higiene del sueño, como por ejemplo, acostarse y levantarse siempre a la misma hora, mantener la habitación ventilada, limitar el consumo de bebidas estimulantes al caer la tarde y no ingerir cenas demasiado copiosas, tal y como recomienda la doctora María Jesús Cerecedo. Sin olvidar la tradicional siesta. Echarse unos veinte minutos después de comer nos puede ayudar a estar más activos por la tarde, un pequeño descanso que nunca debería ser de más de una hora. Tal y como recuerda esta especialista, en ocasiones las personas mayores duermen siestas de varias horas, por lo que al llegar la noche no logran conciliar el sueño. Si estas medidas no son suficientes es el momento de recurrir al tratamiento farmacológico, pero no antes, y siempre bajo prescripción médica.

Y todo con un objetivo claro: acabar con un problema que puede influir negativamente en cualquier ámbito de la vida, ya que es capaz de reducir de manera significativa el rendimiento laboral, causar accidentes laborales, domésticos y de tráfico y mermar la salud. No en vano, puede deteriorar la capacidad de atención, la memoria y el estado de ánimo, e incluso "el sistema inmunitario se ve afectado cuando no existe un descanso adecuado", concluye esta experta.