Cómo actuar ante un incendio en el hogar

Probablemente es muy poca la gente que alguna vez se ha preguntado cómo actuaría si se declarase un incendio en su casa. Los incendios, sean en el propio hogar o en un espacio abierto, siempre albergan peligro por la rapidez con que se expanden. En tan sólo un par de minutos, el fuego, el calor y el humo producen gases tóxicos que pueden amenazar la vida, ya que no siempre da tiempo para huir o pedir socorro. Por eso es preciso atender las recomendaciones que en este sentido difunden las entidades gubernamentales, aunque algunas parezcan elementales. La primera norma ante cualquier emergencia es llamar al 112.

Por otro lado, el verano está próximo, lo que significa que si vamos al campo no debemos olvidar que las altas temperaturas son siempre sinónimo de riesgo de los temidos incendios. En cualquier caso, cómo más vale prevenir, reproducimos a continuación unos consejos que ha elaborado y difundido la Comunidad de Madrid, que son de validez universal.

En casa

En el hogar, una primera y elemental medida de precaución es revisar el estado de los electrodomésticos, desconectar los aparatos eléctricos que no se usen, comprobar si hay enchufes defectuosos, cables pelados o tomas de corriente sobrecargadas con un exceso de enchufes de distintos aparatos (ordenadores, televisores, impresoras...). Tener mucho cuidado en manipular la red eléctrica si está el suelo mojado, y nunca está demás comprobar también si las bombillas tienen el voltaje adecuado en relación con los casquillos; conviene disponer de dispositivos para prevenir fallos de conexión a tierra, a fin de evitar descargas eléctricas e incendios por circuitos defectuosos.

También hay que asegurarse de que ningún cable eléctrico quede debajo de alguna alfombra o puerta, y que ninguna lámpara de noche o estufa eléctrica esté en contacto con algún tejido. Especial cuidado hay que tener con las mantas eléctricas y con los niños. En el caso de estos últimos, la mera curiosidad suele llevarlos  a manipular los electrodomésticos o experimentar con ellos.

Por desgracia, con demasiada frecuencia leemos en los periódicos conatos de incendio o incendios consumados en una vivienda por culpa de conexión incorrecta de aparatos eléctricos, lo que nos indica que, a menos que de verdad se sea un "manitas", lo más prudente en estos casos es contactar con un electricista profesional, pues las chapuzas pueden costar caro. Cuando se observen fallos en el funcionamiento de las instalaciones, éstas deben ser revisadas por técnicos especializados, y muy especialmente si han transcurrido 10 años de su instalación.

Haga que un técnico especialista revise periódicamente la instalación de gas, calderas de calefacción, calentadores y cocinas. Una manera de comprobar si hay fugas es rociar  las canalizaciones y uniones con agua jabonosa. Si aparecen burbujas es que las hay, en cuyo caso cierre las llaves de paso ventile las dependencias hasta que llegue el técnico.

Cómo prevenirlos

En relación a los electrodomésticos, lo primero que hay que hacer es leer atentamente las instrucciones de uso para luego poder emplearlos correctamente. Se deben colocar de tal forma que los motores tengan una buena ventilación. Antes de enchufar un electrodoméstico, hay que cerciorarse de que no se haya mojado, en cuyo caso, hay que asegurarse de que están completamente secos.

Ojo con dejar la plancha caliente sobre la ropa. Las estufas y braseros encendidos próximos a cortinas, faldas camilla, camas o cualquier otro material susceptible de arder es campo abonado para provocar un incendio. Por eso, no coloque nunca estufas ni braseros cerca de muebles, cortinas o estanterías de libros, ni extienda ropa para secar cerca de los mismos. Vigile los braseros y estufas colocados bajo o junto a mesas camillas. Nunca hay que cubrir las lámparas y bombillas con paños o papeles.

La cocina es un potencial foco de incendios domésticos, entre otras cosas porque hay que encender fuego para cocinar, pero también los hornos eléctricos, microondas u otros aparatos pueden ser fuente de combustión y de graves quemaduras. Todos tenemos despistes y dejamos encendido el horno con o sin comida, o programamos el microondas con exceso de potencia y tiempo, nos ausentamos un momento de la cocina y en ese instante se produce un derrame de agua, leche o aceite que apagan el fuego, mientras el gas sigue saliendo...

No se debe almacenar líquidos inflamables en la cocina, ni mucho menos manipularlos, especialmente si están los quemadores encendidos. Se debe procurar mantener siempre limpia la campana extractora de humos de la cocina y, al poner las sartenes en el fuego, hacerlo de tal forma que los mangos no sobresalgan para no volcarlos accidentalmente. Es prudente cocinar sin prendas de vestir con manga ancha. Si tiene que salir de casa, aunque sea por un corto espacio de tiempo, no deje la cocina encendida.

En cuanto a la chimenea, antes de encenderla por primera vez cada temporada, haga revisar el tiro y compruebe que no está obturado. Límpiela periódicamente y coloque pantallas de protección. Antes de irse a la cama, o si se va a ausentar de casa, cerciórese de que la chimenea está completamente apagada. Lo mismo que con la cocina, hay que evitar que los niños jueguen cerca de la chimenea.

Otras medidas

Cuidado con los cigarrillos encendidos. Utilice ceniceros grandes y nunca fume en la cama. Antes de vaciar los restos de tabaco de los ceniceros en el cubo de la basura, asegúrese que no queda ninguna brasa encendida, por pequeña que sea. Si es necesario, moje previamente el contenido con abundante agua.

No deje que los niños jueguen con cerillas o mecheros o que arrojen objetos al fuego.

Evite la acumulación de basuras, hojas secas, papeles, periódicos, etc., en casa, incluso en el jardín o en el garaje. Antes de guardar la ropa en los armarios, procure  vaciar los bolsillos de cerillas, mecheros y otros utensilios semejantes. Si usa velas, utilice soportes adecuados y nunca las encienda si se levanta a media noche.

Fuente: Comunidad de Madrid.