La mitad de los casos de hipotiroidismo está sin diagnosticar

Cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, caída de pelo, dificultad de concentración, mala memoria, estreñimiento y aumento discreto del peso corporal son algunos de sus síntomas

El hipotiroidismo es una producción deficiente de hormonas tiroideas. Es la enfermedad más frecuente del tiroides, que padecen casi 70.000 personas en España. Cansancio crónico, debilidad, piel seca, intolerancia al frío, caída de pelo, dificultad de concentración, mala memoria, estreñimiento y aumento discreto del peso corporal, son algunos de los síntomas que se presentan en las personas que lo padecen cuando es severo. Si es poco intenso puede pasar desapercibido, descubriéndose al hacer análisis de sangre.

Existen tres grandes grupos o poblaciones de riesgo en los que tiene mayores consecuencias el hipotiroidismo no tratado: los escolares, la mujer en edad fértil y las embarazadas. En la actualidad, se estima que cerca del 50 por ciento de los casos se diagnostica por casualidad, debido a la ausencia de signos en las fases tempranas.

Tiroides y embarazo

En la mujer existen dos momentos claves para poder desarrollar una disfunción tiroidea: durante el embarazo, momento en el que la glándula tiroides sufre un fuerte impacto ya que necesita trabajar hasta un 50 por ciento más, y durante el post-parto, que puede diagnosticarse pasados dos o tres meses y hasta un año después.

El doctor Sergio Donnay, coordinador del Grupo de Trabajo de Déficit de Yodo y Disfunción Tiroidea de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), asegura que "el hipotiroidismo durante el embarazo se produce en, aproximadamente, el 2,4 por ciento de las mujeres. Esta afectación se puede asociar a anemia materna, abortos, desprendimiento de placenta o bajo peso al nacer, además de a una disminución del coeficiente intelectual de los hijos de madres con hipotiroidismo no tratado".

Por su parte, la doctora Orosia Bandrés, asegura que "en los primeros tres meses de vida, el embrión aún no dispone de una glándula tiroides o ésta no es suficientemente madura, por lo que precisa de la hormona tiroidea de la madre. El grado de las consecuencias de esta deficiencia de yodo vienen dadas en función del grado de carencia de esta sustancia". Según esta experta,  "lo ideal es que las mujeres embarazadas revisen su tiroides al menos una vez al principio del embarazo e incluso antes, cuando se planifica el embarazo. En el caso de una mujer embarazada que ya está recibiendo tratamiento por un trastorno tiroideo es aconsejable que se revise su tiroides cada 6-8 semanas. Esto garantizará que la glándula tiroides funcione de forma normal".

A este respecto, explica Donnay, "es recomendable que las mujeres embarazadas fueran suplementadas con yodo, igual que ya lo son con ácido fólico". No obstante, la suplementación de yodo en el embarazo no se da a todas las mujeres en nuestro país. En este sentido, asegura el doctor, el grupo de trabajo que preside ha elaborado un documento que recomienda el estudio del tiroides en todas las mujeres embarazadas. "Debería ponerse en conocimiento de las mujeres que no tratar debidamente los trastornos del tiroides no sólo aumenta el riesgo de abortos y de prematuridad, sino también de que los hijos tengan una disminución en sus capacidades intelectuales", concluye el experto.