Más del 70 por ciento de las mujeres diagnosticadas de osteoporosis incumple el tratamiento

Más de la mitad de las mujeres que reciben tratamiento farmacológico contra la osteoporosis tienen menos de 65 años, y más del 70 por ciento de ellas lo abandonan antes de los cuatro años. Son datos de un estudio que se ha presentado en el XXXII Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Tal y como ha reseñado la doctora Raquel Palacios, una de las autoras, "el tratamiento de calcio es el que se abandona más rápidamente y, según los datos que tenemos, cuanto más joven es la paciente, antes lo hace".

Pérdida de masa ósea

La osteoporosis es una enfermedad crónica, progresiva y silenciosa que sólo da la cara cuando se produce una fractura. Es una enfermedad de género, ya que afecta principalmente a las mujeres. De hecho, se estima que en España dos millones y medio de mujeres la padecen, ya que junto a la edad, la menopausia es otro factor desencadenante y/o acelerador de esta patología.

En concreto, el conocido como 'mal de los huesos porosos' es más prevalente entre los 50 y 65 años, ya que con la llegada de la menopausia tiene lugar una mayor pérdida de masa ósea en la mujer. Así, una de cada dos mujeres mayores de 50 años puede sufrir una fractura ósea como consecuencia de la osteoporosis y una de cada tres con más de 80 años sufrirá una fractura de cadera.

También en adolescentes

Asimismo, en el último Congreso de la Asociación Española de Pediatría se ha puesto en evidencia que la osteoporosis no es sólo cosa de mayores, los adolescentes también pueden padecerla. Y es que, aunque en estos momentos no se dispone de estudios longitudinales en este sentido, en la práctica diaria los casos son visibles y las fracturas de hueso son sus principales delatores. El problema radica, como alerta la doctora Inmaculada Calvo, jefa de Sección de la Unidad de Reumatología Pediátrica del Hospital La Fe en Valencia, "en que todavía no se suele asociar este tipo de fracturas por fragilidad ósea con osteoporosis".

La infancia y la adolescencia son las etapas de la vida claves para alcanzar el mayor nivel de mineralización ósea. En las niñas, este proceso se produce entre los 11 y los 14 años para, a partir de ese momento, enlentecerse; en los niños, suele cursar entre los 13 a los 17 años y después ir más lento hasta los 20.

En palabras de la doctora Calvo, "el desarrollo máximo de la masa ósea tiene lugar durante la adolescencia, un momento especialmente vulnerable ya que innumerables factores pueden actuar e interrumpir la normalidad fisiológica ósea y favorecer, por un lado, la aparición de osteoporosis o bien que se inicie la etapa adulta con una masa ósea baja, lo que multiplicará el riesgo de fracturas y el establecimiento de osteoporosis en el futuro".

Según esta especialista, hay dos factores claves que influyen en un deficiente desarrollo de masa ósea: la alimentación inadecuada y la inactividad. Se da la paradoja que mientras el calcio y la vitamina D son indispensables para el desarrollo estructural y funcional del hueso, estos elementos suelen faltar en la dieta de los adolescentes.

Asimismo, la falta de actividad física entre los 12 y los 18 años, la obesidad y la anorexia nerviosa intervienen en la disminución de la densidad mineral ósea. Además, el tabaco y la ingesta de alcohol hacen a los jóvenes especialmente vulnerables. No hay que olvidar, sin embargo, como subraya la doctora Calvo, que "aunque todavía no se ha determinado qué genes regulan la densidad ósea", la osteoporosis tiene también un componente genético que influye hasta en el 60 y 80 por ciento de los casos.

Para esta reumatóloga pediátrica, la detección es la clave para garantizar una adecuada masa ósea y la prevención de la osteoporosis debe comenzar en la edad pediátrica. Por ello, es crucial la detección de los posibles grupos de riesgo entre los niños y adolescentes y técnicas como la densitometría ósea que permiten medir la masa ósea son de gran ayuda.