Una dieta equilibrada ayuda a sobrellevar el tratamiento en las pacientes con cáncer de mama

Náuseas, vómitos, falta de apetito, diarrea, estreñimiento o pérdida de peso son algunos de los temidos efectos secundarios del tratamiento del cáncer. Para las pacientes, llevar una alimentación equilibrada es especialmente importante, ya que les ayuda a sobrellevar mejor la quimioterapia y a tener mayor sensación de bienestar emocional y físico.

Durante la quimioterapia, la destrucción celular es alta y son necesarias las proteínas para aportar energía y rehacer los tejidos sanos que el tratamiento daña. De ahí la importancia de seguir una dieta sana y equilibrada, a base de frutas, verduras y alimentos ricos en proteínas, como la carne, pescado, huevos y lácteos, tal y como ha explicado la Dra. Vanessa Ortega, coordinadora del I Curso-Taller para pacientes con cáncer de mama, que desde el pasado mes de octubre y hasta junio de este año se celebra en el Hospital Materno-Infantil Vall d´Hebrón de Barcelona, con la colaboración de la Fundación AstraZeneca.

La mejor manera de tratar las náuseas y los vómitos es prevenir su aparición y, para ello, los expertos recomiendan seguir una dieta baja en grasas de fácil digestión, así como restringir su consumo durante los dos y tres días posteriores a la administración de quimioterapia. Asimismo, se aconseja comer entre una y tres horas antes de cada sesión y eludir la ingesta de alimentos en salsa o picantes, con el mismo objetivo de evitar su mala digestión. "Los alimentos de bajo contenido en grasa ayudan a vaciar el estómago más rápidamente y facilitan las digestiones; los pescados y las carnes blancas, los lácteos desnatados y tecnologías culinarias como el vapor y la plancha son buenos aliados para combatir la náusea", aclara la Dra. Ortega.

Otra de las consecuencias de la administración de quimioterapia es la aparición de inflamación y llagas en la boca. En estos casos, los alimentos fáciles de ingerir, con una consistencia muy suave y con un alto valor energético, son la solución.

Nutrición como factor preventivo

La alimentación juega un papel fundamental tanto en la prevención como en el desarrollo del cáncer de mama. Diversos estudios confirman que seguir una dieta equilibrada, basada en la bien conocida dieta mediterránea, es un factor protector hacia ciertas enfermedades, entre ellas el cáncer. Por el contrario, "la obesidad, el sedentarismo, la dieta pobre en frutas y verduras o el consumo en exceso de grasas saturadas, así como el estrés, son factores que pueden favorecer la aparición de un cáncer de mama", explica la Dra. Eva Muñoz, coordinadora del curso-taller.

Tal y como aclara esta experta, "no hay ningún alimento en concreto que esté directamente relacionado con un mayor riesgo de cáncer de mama, pero tanto la dieta como el ejercicio físico son clave para evitar su desarrollo y favorecer una vida saludable".