El yogur, ideal para una alimentación saludable

Por su alto contenido en calcio, proteínas y otros nutrientes necesarios para nuestro organismo

El yogur es uno de los alimentos más apreciados y consumidos desde la antigüedad. Su valor nutricional y sus efectos sobre la salud han sido descritos desde antiguo, si bien no fue hasta el siglo pasado cuando empieza a adquirir científicamente la imagen de alimento beneficioso para la salud.

A comienzos del S. XX, el biólogo ruso Ilia Metchnikoff intuyó los potenciales efectos beneficiosos del yogur al observar la gran longevidad que alcanzaban ciertas poblaciones del este de Europa y relacionarla con la importante cantidad de yogur que consumían. A través de sus investigaciones, demostró que el yogur se producía por la acción de bacterias capaces de convertir el azúcar de la leche (lactosa) en ácido láctico y que, a su vez, esta sustancia hacía muy difícil el desarrollo en el intestino de microorganismos no deseables.

A partir de entonces, el consumo de yogur se fue introduciendo en todos los países occidentales, aunque al principio se valoraban, sobre todo, sus efectos beneficiosos para la salud. Hoy, el yogur es uno de los alimentos más apreciados y consumidos y un componente imprescindible de la dieta mediterránea.

Alto en nutrientes, bajo en calorías

Desde el punto de vista nutritivo, el yogur es un alimento rico en proteínas de alta calidad y de fácil digestión, aporta vitaminas como la B2 y B12 y minerales como calcio, fósforo, magnesio, etc., que además son de elevada disponibilidad. Todo ello hace aconsejable el consumo de 2 a 4 raciones de alimentos lácteos al día, incluyendo el yogur, en el contexto de una alimentación variada y equilibrada y de un estilo de vida saludable.

Entre los efectos beneficiosos sobre la salud atribuidos a los microorganismos del yogur, destacan su contribución para fortalecer huesos y dientes, por su elevado contenido en calcio; ayudar a mantener una buena salud digestiva, debido a los probióticos que contiene; favorecer la digestión de la lactosa; y aportar un elevado contenido de nutrientes necesarios para el crecimiento.

No en vano, "la ingesta adecuada de calcio mediante la alimentación se considera clave para ayudar al mantenimiento de la salud ósea, junto con una buena aportación de vitamina D y la práctica regular de actividad física. Y son los productos lácteos, con gran protagonismo del yogur, las fuentes más ricas en calcio dentro de la dieta occidental", señala Meritxell Gómez, experta del Programa NUSA.

Por otro lado, recientes estudios asocian el yogur, como alimento habitual de la dieta, a la pérdida y mantenimiento de peso. Este papel se debe a su contenido en calcio, proteínas y otros compuestos bioactivos implicados en la regulación de la energía que precisa el organismo.

Fuente: Programa NUSA