Las verduras y las frutas, los alimentos que más agua proporcionan al cuerpo en verano

La sandía o el melón pueden aportar al cuerpo hasta un 25% del agua que necesitamos

La sed es una señal de 'alarma' que nos avisa de que necesitamos beber líquidos y no permite que nos deshidratemos. Aunque las necesidades de agua varían de una persona a otra y depende en parte de las condiciones ambientales que le rodeen, en general se recomienda beber tres litros de agua al día a hombres y 2,2 a mujeres.

Para entender esta diferencia de sexos hay que saber que el contenido corporal de agua varía según la edad, el sexo y el contenido corporal de grasa. Como la grasa no es soluble en agua, a mayor cantidad de grasa corporal, menor porcentaje de agua. De ahí que en los hombres el agua corporal suponga el 60% del peso y en las mujeres alrededor del 50%.

El agua y la alimentación

Recuerda estos datos: el 80% del agua que nuestro organismo necesita lo obtenemos del agua que bebemos y otras bebidas, el 20% restante, de los alimentos que tomamos.

Ten en cuenta que las bebidas alcohólicas no sólo no evitan la deshidratación, sino que incluso pueden favorecerla; en cambio, las frutas y las verduras son los alimentos que más agua proporcionan al cuerpo en verano. Por ejemplo la sandía o el melón, con un 93% y 88%, respectivamente, de agua en 100 gramos de porción comestible, pueden aportar al cuerpo hasta un 25% del agua que necesitamos.

Verano, deporte y agua

En verano, sudamos más por culpa del calor, lo que repercute en una mayor necesidad de reemplazo de líquidos corporales. La suma de altas temperaturas y una mayor actividad física al aire libre, hace que sea necesario prestar más atención y cuidado a la ingesta de agua.

No en vano, la deshidratación que resulta del reemplazo inadecuado de los líquidos durante el ejercicio este ápoca del año puede elevar la temperatura corporal central y la tensión en el sistema cardiovascular, causando un golpe de calor.

Para evitarlo, se recomienda reemplazar las pérdidas de agua por sudoración durante el ejercicio a un ritmo similar a la tasa de sudoración, especialmente en caso de ejercicio intenso o en condiciones climáticas adversas.

Fuente: Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición