“No come. ¿Qué hago?”

Uno de los aspectos más importantes en la enfermedad de Alzheimer (EA) es la repercusión que tienen los problemas nutricionales y del comportamiento alimentario en el enfermo y en su familia.

Los estados de malnutrición y los trastornos en la conducta alimentaria son muy frecuentes en la enfermedad de Alzheimer. Los enfermos en estadio moderado y severo presentan un elevado riesgo de malnutrición calórico-proteica y de déficits vitamínicos y minerales, lo cual está directamente relacionado con un mayor riesgo global de enfermedades concomitantes (principalmente cuadros infecciosos) y la subsiguiente disminución en su calidad de vida. Pero es que, además, en estos enfermos se dan toda una serie de conductas disruptivas relacionadas con el acto de comer, que generan una gran carga de ansiedad a sus cuidadores.

En este contexto, la Fundación Alzheimer España (FAE) considera oportuno informar a sus usuarios de cómo abordar esta problemática, qué recursos tenemos a nuestra disposición para combatirla y las claves para comprender, cada día un poco más, esta enfermedad.

Por ello, la Fundación Alzheimer España recuerda que:

  • La nutrición se considera un factor de prevención de la enfermedad de Alzheimer.
  • Existen perfiles dietéticos preventivos, como la dieta mediterránea y la japonesa.
  • La nutrición es un factor clave en la evolución de la EA; la progresión en los síntomas evoluciona con más rapidez en una persona desnutrida.
  • La pérdida de peso ha de ser un síntoma que requiere de la consulta médica y está debida a múltiples y complejas causas.
  • Las dificultades para la masticación y deglución (disfagia) son muy comunes en personas afectadas por la EA y conlleva serias complicaciones para la salud de la persona.