Menús deliciosos y también saludables

Recuerde: comer bien no es comer mucho. Una comida navideña puede ser deliciosa, nutritiva, equilibrada y sin calorías de más

Las fiestas navideñas son sinónimo de diversión y alegría y los placeres gastronómicos juegan un papel primordial en estas fechas.

Los mercados y comercios están llenos de variados y sofisticados alimentos que permiten que las mesas se surtan de suculentos manjares, pero que alteran nuestras costumbres alimentarias cotidianas. No sólo cambian y se complican las elaboraciones, también el contenido calórico y las consecuencias no se hacen esperar.

Y es que, estos excesos gastronómicos derivan en malas digestiones, un descanso nocturno defectuoso y algún que otro kilo de más que pueden llevarnos a caer en la tentación de las 'dietas milagro'. El aparato digestivo se resiente y aparecen entre otros, acidez (pirosis), gases (meteorismo), estreñimiento y diarrea.

La vuelta a los tan conocidos hábitos saludables suele ser la solución y la educación en este apartado es fundamental. Y es que, si hemos adquiridos buenos hábitos alimenticios durante nuestra vida, seremos capaces de moderar los 'excesos' y una vez terminadas las fiestas volver a nuestras costumbres habituales.

Recuerde: comer bien no es comer mucho. Una comida navideña puede ser deliciosa, nutritiva, equilibrada y sin calorías de más. Y no se olvide de su salud. Ni siquiera en estas fechas, ha de descuidar las enfermedades que padece (hipertensión, diabetes, etc.).