La mejor receta para crecer sano es una alimentación equilibrada

Vitaminas y minerales son indispensables para el buen funcionamiento del organismo

Si tiene niños seguro que su principal preocupación es que crezcan sanos y fuertes. Basta con ponerles un pantalón del año pasado para darse cuenta de lo mucho que han crecido. Mantener 'despiertas las neuronas', afrontar todas las actividades del día, conseguir los retos que marcan el desarrollo (gatear, caminar, correr, etc.) y crecer sano y fuerte a la vez supone un desgaste de energía enorme.

Y la única manera de que el cuerpo disfrute de todo el 'combustible' que necesita para conseguirlo es ofrecerle una alimentación sana, variada y equilibrada, en la que tenga cabida de todo pero con moderación. Gracias a ella, el cuerpo tendrá a su disposición todos los nutrientes que necesita para funcionar como un reloj, como vitaminas tan esenciales como las del grupo B y minerales como el calcio.

Nutrientes esenciales

Las vitaminas y minerales forman parte de los nutrientes esenciales, no en vano son indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo; más aún si cabe cuando se trata de niños.

Una dieta completa, variada y equilibrada es la receta que garantiza las necesidades diarias de vitaminas y minerales en el organismo de los niños, les ayuda a que crecer sanos y a mantenerse al margen de enfermedades.

Todas las vitaminas son importantes, cada una tiene su función y en cada edad o situación particular se requieren en una determinada cantidad. En el caso de los niños, muchas tienen una relevancia especial:

Vitamina A: se encuentra en verduras (espinacas y zanahorias), frutas, huevos, mantequilla, hígado, calostro y leche materna.

Vitamina B1: leche de vaca y materna, carne de cerdo o ternera, verduras, cereales, frutas y huevos son sus fuentes naturales.

Vitamina B2: hígado, riñones, leche, queso, huevos y verduras con hojas la contienen.

Vitamina B3: sus fuentes naturales son el hígado, la carne magra de cerdo, el salmón, las aves de corral y la carne roja.

Vitamina B6: se encuentra en leche de vaca, cereales y productos integrales.

Vitamina B12: está presente en vísceras de animales, carne, huevos, mariscos y leche.

Vitamina C: zumo de naranja y de tomate, fruta fresca, cítricos y verdura son alimentos ricos en esta poderosa vitamina.

Vitamina E: fuentes naturales de vitamina E son frutos secos (nueces), legumbres, verduras de hoja verde, cereales, yemas de huevo y aceites vegetales.

La vitamina D y el calcio

El calcio y la vitamina D son dos elementos fundamentales para el crecimiento de los niños pues con ellos 'se alimenta los huesos'. La vitamina D es indispensable para que los huesos puedan absorber el calcio necesario para su formación y desarrollo. Como la que se obtiene del sol es insuficiente, es obligatorio que en la dieta de nuestros hijos se incluya habitualmente alguno de los alimentos ricos en esta vitamina: la grasa de la leche, pescados grasos como el salmón, el atún o las sardinas o verduras como las acelgas.

Y no hay que olvidarse del calcio, el mineral más abundante en el cuerpo humano y el elemento clave en la salud de los huesos. La dieta de los pequeños de la casa ha de incluir tres raciones diarias de alimentos ricos en este poderoso mineral: leche, yogures y queso. No en vano, el calcio que se absorbe hasta la adolescencia es la que determinará nuestro nivel de osteoporosis en la vejez.

El calcio no sólo es esencial para el desarrollo del esqueleto y el crecimiento, también tiene un papel estelar en el buen funcionamiento del aparato locomotor, huesos, músculos, dientes y nervios.

La mejor fuente de calcio es la leche y sus derivados pero no es la única. Hay calcio en muchos alimentos como frutos secos, legumbres y carnes.

Suplementos vitamínicos

Pero si a pesar de poner en práctica el 'abc' de una dieta sana, variada y equilibrada su hijo tiene algún déficit de vitaminas o minerales que le impide crecer a la velocidad adecuada, en su farmacia habitual tiene a su disposición suplementos alimenticios que le serán de gran ayuda.

Recuerde: los complementos de vitaminas y minerales no son la solución para el 'niño mal-comedor', pues siempre deben ser 'un complemento a una dieta equilibrada', no un sustituto de ella. Juntos conseguirán que el organismo de los pequeños de la casa pueda disponer de todos los nutrientes que necesita para hacer frente al desarrollo físico e intelectual que exige la infancia y crecer sano y fuerte al margen de enfermedades.

Antes de dar un suplemento vitamínico a su hijo, pregunte a su pediatra y/o farmacéutico.

Fuentes: Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, Salus España y El Periódico de la Farmacia.