Claves para que los mayores lleven una alimentación saludable y equilibrada

La alimentación es un factor clave en la vida de todo ser humano; no en vano, los hábitos alimenticios marcan el estilo de vida de cada persona. Una premisa que adquiere una especial relevancia en quienes tienen una edad más avanzada, por su vulnerabilidad y los distintos problemas de salud que padecen.
Por eso, es esencial que lleven una alimentación equilibrada y para conseguirlo hay que prestar atención a las nutrientes que la componen y a la proporción en la que lo hacen:
Hidratos de carbono: es fundamental que el 60% de la dieta esté formada por hidratos de carbono, para así poder recuperar el gasto de energía que se ha realizado, pero hay que tener en cuenta un aspecto: por su absorción lenta, los azúcares complejos, presentes en las frutas, por ejemplo, permiten que la glucosa aumente en la sangre poco a poco, por lo que hay que incrementar su consumo y disminuir el de azúcares directos o simples, que aportan un azucarillo, un pastel, etc. y que tienen una absorción rápida.
Grasas: el porcentaje puede ser de hasta un 30%, pero de grasas mono y poliinsaturadas. Por tanto la alimentación del mayor debe ser rica en pescado azul, aceite de oliva, nueces, carnes blancas (pollo, pavo) y alimentos lácteos desnatados o semidesnatados. Los dulces, carnes y embutidos contienen grasas saturadas, por lo que es preciso tomarlos solo en momentos esporádicos.
Proteínas: para que exista un equilibrio entre los macronutrientes, es decir, los principales nutrientes que tiene un alimento (proteínas, lípidos e hidratos de carbono), la proporción adecuada de proteínas en la dieta es de un 15%. En este caso también se deberán combinar las de origen animal y vegetal, que se encuentran por ejemplo en legumbres, cereales, arroz, patatas, pasta y pan.
Fibra: previene el estreñimiento, además de ayudar a regular la glucemia y el colesterol, por lo que es primordial que sea un componente más de la dieta. Un ejemplo de alimentos ricos en fibra son las verduras, como las acelgas y las espinacas, ingredientes habituales en la dieta de los mayores.
A tener en cuenta...
Y si tiene alguna duda recuerde que tiene a su disposición la llamada pirámide alimentaria, una referencia para conseguir una dieta equilibrada.
No se puede olvidar tampoco de la importancia de realizar actividad física de manera modera y de beber agua con frecuencia, como piezas fundamentales de una alimentación saludable.
Además, un aspecto clave es la medicación que toman las personas mayores, pues puede provocar carencias o alteraciones, que se pueden solventar, en caso de ser necesario, con un consumo mayor de calcio, vitamina D, hierro, etc.
Sea como sea, hay que tener siempre presente que cada alimentación será distinta en cierta medida en función de la situación personal de cada cual. Y que sin duda, el ingrediente que no puede faltar en la dieta de los mayores es el cariño de las personas que les rodean.
Fuente: Grupo Adavir, empresa especializada en la gestión de centros para mayores.