Con el calor… ¡atención a los alimentos!

La apariencia no basta: un alimento puede estar en mal estado y no parecerlo

Las toxiinfecciones alimentarias son uno de los protagonistas del verano y las altas temperaturas tienen la culpa. Con el calor, los microorganismos que están en los alimentos crecen con más facilidad.

Y es que, las toxiinfecciones alimentarias son enfermedades provocadas por el consumo de alimentos contaminados por bacterias, virus o parásitos o por las toxinas que ellos producen. Vómitos y diarreas son sus señas de identidad y salmonelosis, gastroenteritis por Enterotoxina Estafilocóccica y anisakiasis algunas de las enfermedades que pueden traerle de cabeza este verano.

Los microorganismos son seres vivos: se alimentan, se reproducen y se relacionan con su entorno. Necesitan, por tanto, que el alimento que les sirve de vehículo y de hábitat les brinde unas condiciones favorables para su supervivencia: nutrientes para alimentarse, temperaturas no extremas y tiempo para multiplicarse. Con este escenario, se reproducirán a velocidad inusitada y convertirán un alimento inocuo en un producto peligroso.

Plantar cara a esta situación y disfrutar de un verano saludable y sin toxiinfecciones alimentarias está en su mano. Tome nota de estos sencillos consejos para manipular y conservar los alimentos correctamente y no olvide que la apariencia no basta: un alimento puede estar en mal estado y no parecerlo.

1. Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente

  • No consuma leche no procesada, es decir, que no haya sido pasteurizada o esterilizada.
  • Las carnes, pescados y productos de repostería deben estar refrigerados o congelados.
  • En los restaurantes es obligatorio usar ovoproductos para elaborar mayonesas, salsas, cremas, etc. Si prepara estos alimentos en casa, consúmalos inmediatamente.
  • Si los huevos tienen restos de suciedad y los lava antes de usarlos, hágalo justo antes.

2. Cocinar correctamente los alimentos

La comida puede estar contaminada por microorganismos, pero el calor puede destruirlos: como mínimo el centro del alimento ha de alcanzar los 70º C, de modo que, cueza, guise, ase o fría completamente:

  • Al cocinar evite que los alimentos queden crudos en su interior, especialmente la carne, el pollo, los huevos y el pescado.
  • Asegúrese de que las sopas y los guisos alcanzan la ebullición.

3. Mantener los alimentos a temperaturas seguras

  • Nunca deje los alimentos cocinados a temperatura ambiente. Meta en el frigorífico lo más pronto posible los alimentos cocinados y los perecederos, preferiblemente por debajo de 5° C.
  • No guarde comida mucho tiempo, aunque sea en el congelador. Los alimentos para niños deben consumirse inmediatamente una vez preparados.
  • No descongele los alimentos a temperatura ambiente, sino en la parte baja del frigorífico.
  • En bares, cafeterías, restaurantes, etc., todos los alimentos deben estar protegidos por vitrinas, conservados en condiciones sanitarias adecuadas y, siempre que sea preciso, refrigerados. Como consumidor, exija siempre que se cumplan estas medidas y si no se cumplen rechace los alimentos.

4. Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados

Es la mejor manera de evitar la proliferación de los gérmenes.

5. Un alimento cocinado, es un alimento higienizado.

  • Bajo la acción del calor, por encima de 60º C, o del frío, a 7º C como máximo: éstas son las condiciones a las que debe mantener los alimentos que no pueda consumir inmediatamente o las sobras que quiera guardar.
  • No siempre se pueden aprovechar las sobras, pero si decide hacerlo recaliéntelas bien.
  • Si va a consumir en casa pescado crudo o poco cocinado, como los boquerones en vinagre, congélelos antes durante varios días.

6. Separar siempre los alimentos crudos de los cocinados

  • Un alimento cocinado puede volver a contaminarse si está en contacto con alimentos crudos o con utensilios de cocina, como cuchillos, tablas, superficies, trapos, etc. que hayan estado en contacto con un alimento crudo con anterioridad.
  • Conserve los alimentos en recipientes separados para evitar el contacto entre crudos y cocinados.
  • El trapo de cocina o la bayeta puede ser un excelente vehículo de contaminación. Es preferible usar papel de cocina.

7. Asegurar higiene y limpieza en la cocina

  • Si manipula alimentos, debe seguir unas estrictas normas de higiene: tener las manos siempre limpias, lavarlas cada vez que haga falta y siempre después de ir al baño.
  • Limpie la cocina diariamente, como mínimo, y almacene la basura en recipientes lisos, lavables y cerrados y que no estén cerca de los alimentos.

8. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía

Los animales pueden ser portadores de gérmenes patógenos y parásitos que originan enfermedades de transmisión alimentaria. Proteja los alimentos guardándolos en recipientes cerrados.

9. Utilizar exclusivamente agua potable

El agua potable no sólo es imprescindible para beber, sino también para preparar los alimentos. Debe tener exclusivamente estos dos orígenes: aguas envasadas o aguas de la red pública de distribución en la población. No beba ni use agua de pozos que no esté potabilizada.

10. Y recuerde....

  • No consuma alimentos adquiridos fuera de los establecimientos autorizados.
  • Consuma exclusivamente agua potable; también para hacer hielo.
  • Selecciones alimentos saludables y frescos.
  • Lave adecuadamente las frutas y hortalizas que vaya a consumir crudas.
  • No interrumpa la cadena de frío.
  • Respete las fechas de caducidad.
  • Rechace los envases abombados, oxidados o deteriorados.

Fuente: Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición