Uno de cada diez españoles con sobrepeso ha realizado alguna dieta milagro

Las dietas heterodoxas son aquellas que, sin ninguna evidencia científica que las avale, prometen al paciente resultados rápidos y "mágicos" mediante la prohibición de un grupo de alimentos que distorsionan la realidad científica del nutriente y que se basan en el consumo de determinados alimentos preparados que suele vender la persona o entidad que promueve este tipo de tratamientos dietéticos.

Según la doctora Ana Zugasti, especialista en Endocrinología y Nutrición, médico adjunto de la Sección de Nutrición y Dietética Clínica del Complejo Hospitalario de Navarra, "las dietas milagro son un riesgo para la salud y se pueden volver en contra del paciente por el efecto rebote y posibles complicaciones en las comorbilidades que presente el paciente con obesidad". Sin embargo, se estima que un 31 por ciento de los españoles que han sufrido obesidad ha seguido algún tipo de dieta milagro.

Algunas de las dietas heterodoxas más famosas son la Dieta Ornish, muy pobre en grasas, Dieta del Dr. Atkins, pobre en carbohidratos y rica en grasas, Dieta de la Zona, puramente hiperproteica, Dieta de Montignac, disociada, entre muchas otras.

Según la doctora Zugasti, "se trata de dietas promovidas, en la mayoría de los casos, por personas ajenas a la medicina y cuentan con escaso o nulo aval científico. Además, suelen ponerse de moda porque las realizan personas famosas, favoreciendo su rápida divulgación por Internet".

Por el contrario, una dieta eficaz es aquella capaz de conseguir una pérdida de peso segura y sostenible a largo plazo y que tenga consecuencias positivas sobre las enfermedades asociadas y los factores de riesgo, como por ejemplo la diabetes o la hipertensión arterial.

En relación a las dietas hiperproteicas o bajas en carbohidratos, podrían ser una solución alternativa en el tratamiento de la obesidad, "siempre y cuando la distribución de macronutrientes se haga de manera adecuada, aunque solo se dispone de datos de eficacia a corto plazo, de 6 a 12 meses", explica esta experta. "Además, hasta el momento, los ensayos clínicos demuestran que lo que marca la diferencia en la pérdida de peso no son las manipulaciones en las proporciones de los macronutrientes sino las diferencias en la ingesta energética".

Falsas expectativas

A pesar de que la gran mayoría de estas dietas puedan ser consideradas como dietas heterodoxas, ya que no son respaldadas científicamente, son aceptadas por la sociedad y difundidas masivamente en los medios de comunicación, lo que supone un problema, ya que estas recomendaciones dietéticas promueven prácticas de alimentación para perder peso que no coinciden con las establecidas por las guías clínicas y los consejos nacionales e internacionales para el tratamiento de la obesidad.

El éxito de estas dietas entre la población general reside en los grandes y rápidos resultados que se consiguen al seguirlas. Son multitud las razones por las que las personas que sufren sobrepeso deciden recurrir a este tipo de dietas en vez de recurrir a la medicina convencional.

"En general, los pacientes obesos tienen una idea preconcebida sobre su peso ideal y lo que las dietas heterodoxas prometen es ese peso ideal que ellos buscan", explica la doctora Zugasti. "Sin embargo, ese peso ideal que tanto anhelan los pacientes obesos no existe, es un peso utópico, ya que es casi imposible de conseguir y de mantener". De hecho, estas dietas suelen crean falsas expectativas en los pacientes.

Otra de las razones por la que estos pacientes recurren a este tipo de dietas es porque las dietas heterodoxas prometen resultados definitivos y duraderos, "algo completamente erróneo, ya que cuando los pacientes terminan de hacer este tipo de dietas recuperan todo el peso perdido", añade.

Una forma de mantener el peso conseguido es, sin duda, hacer ejercicio físico de forma regular, algo que los pacientes obesos o con sobrepeso no suelen llevar a la práctica.