Alergia a alimentos: el problema crece

Frutos secos, fruta y marisco son los principales causantes entre los adultos y huevos y leche de vaca en los niños

La comparativa de los datos recogidos en el Informe Alergológica, elaborado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) durante los años 1992 y 2005, indica que en la última década ha aumentado el número de pacientes afectos por una reacción alérgica a los alimentos.

Tal y como apunta el doctor Carmelo Escudero, alergólogo del Hospital Niño Jesús de Madrid  y miembro del Comité de Alergia a Alimentos de la SEAIC "la alergia a alimentos se ha duplicado en nuestro país en poco más de un decenio. En 1992 el 3,6 por ciento de las personas que acudían a una consulta de alergia lo hacían por alergia a alimentos. En 2005 la cifra pasó al 7,4 por ciento".

El aumento en la prevalencia de la alergia alimentaria, en el número de los alimentos implicados y la gravedad de las reacciones, es motivo de preocupación tanto de consumidores como de alergólogos y, en consecuencia, de las autoridades sanitarias, por las consecuencias socioeconómicas que se derivan de ella.

En este sentido, y con el objetivo de poner de manifiesto la importancia de esta patología se ha celebrado recientemente la tercera edición de la Semana Mundial de la Alergia. La SEAIC se ha sumado a esta campaña puesta en marcha por la Organización Mundial de la Alergia reuniendo a prestigiosos cocineros, alergólogos, pacientes y responsables de empresas relacionadas con la restauración para que juntos aporten soluciones para convivir con la alergia a alimentos.

Los más implicados

Respecto al tipo de alimentos implicados, los datos varían según el grupo de edad sometido a estudio, el área geográfica y los hábitos alimenticios. En los niños, el huevo y la leche de vaca son los alimentos implicados con mayor frecuencia en todas esas investigaciones, en especial en los menores de 5 años. Ésta disminuye con la edad, lo que refleja el desarrollo de tolerancia a estos alimentos.

Aparece también en los dos primeros años de vida la alergia al pescado, que es más persistente y por tanto permanece en niños mayores y en los adultos.

La alergia a frutas y frutos secos es más habitual a partir de la adolescencia, y son los alimentos que producen más reacciones alérgicas en la población adulta. No obstante, en los últimos años se ha observado que la alergia a frutos secos se manifiesta cada vez a edades más tempranas y con clínica grave.

El doctor Escudero detalla que "según el estudio Alergológica 2005, las frutas son el primer alimento causante de alergia en nuestro país, seguido de los frutos secos, los mariscos y los pescados".

Puede curarse

Hasta hace algunos años el único "tratamiento" disponible para la alergia a los alimentos era la dieta de exclusión o evitación total del alimento. El problema radica en que el paciente alérgico puede exponerse de forma accidental al mismo y sufrir una reacción grave.

Es muy importante saber que pueden existir "alimentos ocultos", es decir fuentes de alérgenos frente a los cuales se es alérgico y que pueden pasar inadvertidos al estar enmascarados o no contemplados en la etiqueta, sobre todo en los platos preparados.

La doctora Paloma Ibáñez, jefe de Sección de Alergología del Hospital Niño Jesús de Madrid y coordinadora del Comité de Alergia Infantil de la SEAIC, recuerda que "una dieta exenta de algún alimento no es fácil y conlleva muchos problemas sociales, económicos y para la propia salud, así como una disminución de la calidad de vida, siendo el problema aún más importante en el caso de personas alérgicas a más de un alimento. Afortunadamente, desde la década de los 90 se está investigando e implantando el tratamiento activo para la alergia a los alimentos, lo que se conoce como inmunoterapia oral o desensibilización con alimentos".

Tal y como revela la doctora, "esta terapia, que consiste en administrar cantidades progresivamente crecientes del alérgeno (alimento o fracciones del mismo) con el fin de modular la respuesta inmunitaria para inducir la tolerancia a dichos alimentos, alcanza una tasa de éxito superior al 80 por ciento".

Educación del paciente

Una vez realizado el diagnóstico de alergia a alimentos, el tratamiento indicado es la eliminación de éstos en la dieta. "El paciente y la familia, o los cuidadores en el caso de los niños, deben ser educados en el cumplimiento correcto de la dieta y en cómo evitar la toma inadvertida del alimento, aprendiendo a leer los etiquetados e identificar los ingredientes. Asimismo, es fundamental entrenar, tanto al paciente como a la familia, en el reconocimiento de síntomas ante la ingestión inadvertida del alimento y el tratamiento que deben seguir, sobre todo los pacientes anafilácticos, es decir, aquellos que presentan síntomas graves", explica la alergóloga.

Es muy importante estar familiarizados con situaciones en las que el alimento puede contaminar a otros a través de utensilios de cocina, batidoras, planchas e incluso aceites.

De la misma manera, se deben evitar situaciones de riesgo como bufés, bollería, helados u otros alimentos no etiquetados. Hay que tener presente que las fiestas y reuniones, o aquellas situaciones fuera de lo habitual, son las de mayor peligro.Por este motivo, la SEAIC y los colectivos implicados afirman "querer comer con la alergia a alimentos". "Los pacientes y sus familiares a menudo nos dicen que quieren comerse la monotonía cuando van a un restaurante, que quieren disfrutar sin riesgo cuando sus hijos van a un cumpleaños, que quieren hacer la compra sin tardar dos horas más de lo normal porque deben pararse a leer cada cartel, etcétera", cuenta el doctor Escudero.

"Cuando hablamos de la alergia a los alimentos, los individuos que las padecen, sus familiares, amigos, compañeros de trabajo o del colegio  y profesionales de apoyo, todos describen el estrés y la frustración motivados por la necesidad constante de estar alerta y pendiente, el azoramiento que se produce en determinadas circunstancias sociales, la incomprensión o ignorancia de los demás y el deseo imperioso de ser «normal»", añade la doctora Ibáñez.

Afortunadamente cada vez hay un mayor conocimiento y concienciación de este problema en el mundo de la restauración, con profesionales en restaurantes, empresas de catering o centros de investigación en alimentos, como la Fundación Alicia, que ponen en marcha todas las medidas para que los alérgicos puedan disfrutar de una comida placentera y segura, como el resto de los comensales.

Creencias populares como que retirando el alimento del plato, o que si no se ve, no pasa nada deben erradicarse con prontitud. Una reacción alérgica a un alimento puede aparecer incluso al inhalar los vapores de cocción del mismo, sin necesidad de comerlo, y en muy pocos minutos evolucionar hasta una situación de extrema gravedad.