El 80 por ciento de la sal que se consume proviene de la cesta de la compra

Hacer la compra se ha vuelto, cada día, una tarea más difícil ante la amplia y variada oferta de alimentos en las estanterías de supermercados y tiendas. La marca, la envoltura exterior o simplemente su peso y dimensiones son algunas de las consideraciones que los consumidores tienen en cuenta a la hora de escoger los productos. Lo que no saben es que el 80 por ciento de la sal que se consume proviene de las conservas y precocinados y que el exceso de sal está ligado a la hipertensión arterial. La Sociedad Española de Hipertensión – Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) recomienda ser más reflexivos a la hora de hacer la cesta de la compra y analizar detenidamente el etiquetado de los productos, a fin de determinar el aporte de sodio y de grasas saturadas totales en el alimento.

España es el segundo país europeo en consumo de sal y pese a las campañas e iniciativas puestas en marcha en esta línea, como es la Estrategia NAOS, diseñada para luchar contra la obesidad y los factores de riesgo cardiovascular-, la ingesta de sodio aún está muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien aconseja un máximo de 5 gramos diarios para mantener los valores de presión arterial en niveles aceptables (140/90 Hgmm) y, en consecuencia, reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Sólo los portugueses rebasan los 10 gramos de sal al día que contiene la dieta media del español, lo que explica que en uno de cada tres casos de hipertensión la sal sea el detonante de la enfermedad. "Comer sano es posible y no tiene por qué hipotecar nuestro bolsillo ni nuestro tiempo",  explica la presidenta de la SEH-LELHA, la doctora Nieves Martell, quien alerta del peligro de la ingesta descontrolada de los platos precocinados y otros alimentos ricos en grasas saturadas, sodio y ácidos grasos trans, abuso de fritos, conservas y guisos demasiados calóricos.

¿Sabemos lo qué comemos?

La cesta de la compra no es la única responsable del incremento de la hipertensión en nuestro país, si bien es verdad que en los últimos años ha aumentado el consumo de alimentos precocinados y envasados. El 20 por ciento de sal restante que consumen los españoles procede del salero y cerca del 8 por ciento del sodio natural de los alimentos y los medicamentos. Ahora bien, entre los alimentos que más sal contienen, "los embutidos, el pan, los lácteos y derivados y sobre todo los platos preparados son los que más sal aportan a nuestra dieta y, de hecho, se ha demostrado que aproximadamente entre el 70 y el 75 por ciento del sodio consumido procede de alimentos procesados e ingeridos fuera del hogar, lo que se conoce como 'sal oculta',  ya que desconocemos cuánta  tomamos en cada comida", aclara la doctora Martell.

Ante todo, moderación

Los especialistas recomiendan disminuir poco a poco el consumo de sal de tal forma que el paladar se vaya acostumbrando y la cantidad diaria no supere los 1,5 gramos al día (el equivalente a un dedal). Como alternativa, proponen recurrir a zumo de limón, pimienta u otras especias para potenciar el sabor de las comidas. Otra buena manera de acostumbrase a tomar alimentos bajos en sal es dejar de utilizar ésta una vez que el alimento está en el plato y no antes y, en última instancia, retirar el salero de la mesa. De esta forma se conseguirá que las papilas gustativas se estimulen rápidamente al contacto directo con la sal y así no se notará que la comida esta cocinada sin ella.