El 10 por ciento de los celiacos tiene al menos un familiar con el mismo trastorno

La intolerancia al gluten produce fundamentalmente alteraciones a nivel del intestino, por lo que los alimentos se absorben mal

La  intolerancia al gluten, denominada celiaquía, produce fundamentalmente unas alteraciones a nivel del intestino, alterando la morfología y función del mismo, por lo que los nutrientes que hay en los alimentos se absorben mal. La prevalencia de esta enfermedad en nuestro país, similar a la del resto de Europa, se sitúa entre un uno y un dos por ciento de la población general, afectando tanto a niños como a adultos, "se estima que el 20 por ciento de los afectados es mayor de 60 años", asegura la doctora Pilar Gómez Enterría,  Coordinadora del Área de Nutrición  de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Afecta de igual manera a ambos sexos, con una ligera prevalencia superior en las mujeres. Sin embargo, hay diversos estudios que demuestran que existe un fuerte componente genético que predispone a la celiaquía. "Existe una predisposición genética, de modo que alrededor de un 10 por ciento de los afectados  tiene un familiar con la misma enfermedad", afirma Gómez Enterria.

Los síntomas son muy variados. "En los niños, fundamentalmente se presenta con dolor y distensión abdominal, flatulencias, diarrea alternada en algunas ocasiones con estreñimiento. Sin embargo, en los adultos, suelen ser menos frecuentes los síntomas digestivos y más relevantes las carencias de hierro, de calcio, o bien de diversas vitaminas", explica la experta. El único tratamiento posible pasa por eliminar de manera "radical" el gluten de la dieta a lo largo de toda la vida. "De esta manera, conseguimos normalizar la estructura y la función de las células del intestino y revertir  todos los síntomas en la inmensa mayoría de los casos", asegura la doctora. En este sentido, cabe destacar que los únicos cereales que no contienen gluten son el arroz y el maíz.

Es fundamental, en opinión de esta experta, para la detección precoz de esta enfermedad el papel del endocrinólogo. "Muchos pacientes acuden a nuestra consulta con dudas sobre determinados alimentos o bien con carencias de algunas vitaminas". En estos casos, explica la experta, es necesario realizar los estudios pertinentes y llevar a cabo determinadas pruebas específicas. Así, para detectar esta enfermedad es necesario realizar una biopsia del duodeno, inicio del intestino delgado que es, además, la parte más accesible con el endoscopio. Gracias a esta prueba podremos comprobar si existen alteraciones y redirigir al paciente al especialista de Digestivo. "Una vez confirmado el diagnóstico, el especialista en Endocrinología y  Nutrición es fundamental a la hora de orientar al paciente en la realización de una dieta equilibrada y controlar la evolución del estado de nutrición", asegura la doctora Gómez Enterría. No solo eso, sino que además cabe recordar, que algunos medicamentos utilizados en el tratamiento de otras patologías incluyen gluten en su composición.

Alimentos prohibidos

Según esta experta, quedan prohibidos para las personas celiacas todos aquellos cereales que contienen gluten, como el trigo, la cebada, el centeno, la avena y los derivados de los mismos (harinas, galletas, pastelería, pan...), de modo que se aconseja tomar, preferentemente, "aquellos alimentos frescos, no elaborados, que de forma natural no contentan gluten", explica.  Sin embargo, el problema es que el gluten, al tratarse de una sustancia que por sus características proporciona viscosidad, se añade a muchos alimentos elaborados que, en teoría, no deberían contener gluten. La legislación vigente obliga a especificar en las etiquetas el origen botánico de las harinas, almidones, las féculas y cualquier otro producto derivado de los cereales, "pero no siempre la interpretación de estas etiquetas es sencilla". "En este marco, la única certeza que le queda al paciente es cuando en el envase figura de manera clara la frase "no contiene gluten", afirma la doctora.

Pese a lo que se pueda pensar, la  dieta del celiaco es una dieta totalmente normal y equilibrada, ya que puede incluir otros cereales, además de otros alimentos feculentos como son las patatas, legumbres, verduras y frutas frescas, carne, pescado, mariscos, aceite, leche y derivados. En referencia a la calidad de vida de estos pacientes, asegura Gómez Enterría, "una vez que asumen que deben eliminar el gluten en su alimentación y conocen los medios para ello y las alternativas, su calidad de vida es similar al resto de la población".

Por último, la doctora ha resaltado el importante papel que en patologías como la celiaquía cumplen las asociaciones de pacientes, ya que no sólo orientan a la persona afectada sino a todo su entorno, respecto a los productos que pueden o no consumir, restaurantes o establecimientos en los que existe menú para celiacos, tiendas, etc. y una de las labores más relevantes, según esta especialista: "elaboran listados periódicamente revisando los productos, pues el que un producto en un determinado momento no contenga gluten no quiere decir que más adelante no modifique su composición y viceversa".