Solo 27 minutos de ejercicio diario contrarrestan los efectos del sedentarismo en la fragilidad

Tanto el movimiento (de forma positiva) como el sedentarismo (de forma negativa) influyen de modo importante en la incidencia de sufrir el síndrome de fragilidad en personas mayores

CIBERFES_ARAmarzo19-e1553166241405-700x477

Un nuevo estudio, desarrollado por investigadores del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) en la Universidad de Castilla-La Mancha y el Hospital Virgen del Valle de Toledo, ha llegado a la conclusión de que practicar 27 minutos al día de actividad física moderada-vigorosa puede actuar como un modulador para contrarrestar el efecto dañino del sedentarismo en el desarrollo de fragilidad.

En concreto, los resultados informaron de un efecto significativo del tiempo sedentario sobre el desarrollo de fragilidad. No obstante, también se detectó que la actividad física moderada-vigorosa modula esta relación, contrarrestando los efectos negativos del sedentarismo sobre el desarrollo del rasgo de fragilidad.

El estudio, que ha sido publicado en la revista Journal of the American Medical Directors Association, ha sido coordinado por Ignacio Ara, jefe del grupo GENUD Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha y Francisco José García codirector del Estudio Toledo Envejecimiento Saludable (ETES) del Complejo Hospitalario de Toledo (SESCAM), ambos grupos pertenecientes al CIBERFES. Ambos expertos coincidían en que “tanto el movimiento (de forma positiva) como el sedentarismo (de forma negativa) influyen de modo importante en la incidencia de sufrir el síndrome de fragilidad en personas mayores”.

Evaluación de la fragilidad

Para realizar este estudio los investigadores analizaron datos de 749 participantes, en los que el tiempo sedentario y la actividad física moderada a vigorosa se midieron con acelerómetros, y la fragilidad se midió objetivamente utilizando la Escala de Rasgos de Fragilidad, que incluye en su evaluación 7 dimensiones de fragilidad: balance energético y nutrición, actividad física, sistema nervioso, sistema vascular, fuerza, resistencia al esfuerzo y velocidad de la marcha.

De esta forma, diversos análisis estadísticos determinaron que el punto de actividad física moderada-vigorosa estimada para conseguir este efecto fue de 27,25 minutos/día, a partir del cual el tiempo sedentario no tendría un efecto significativo sobre la fragilidad. “La actividad física moderada-vigorosa es un modulador en la relación entre el tiempo sedentario y la fragilidad en los adultos mayores, compensando los efectos perjudiciales del comportamiento sedentario con 27 minutos/día de este tipo de actividad”, concluye Ignacio Ara.