Más de la mitad de las personas mayores afirman tener relaciones sexuales con frecuencia

Hoy en día vivimos en una sociedad en la que aún existe el mito de que las personas mayores no tienen interés por el sexo y todavía son muchos los prejuicios que impiden que este grupo de población viva plenamente su sexualidad en la vejez. Sin embargo, los médicos de familia consideran la esfera sexual un aspecto fundamental en el envejecimiento saludable. "Y es que en contra de lo que pueda creerse la edad no está reñida con el sexo. Al contrario, el mejor conocimiento de la pareja y de uno mismo, así como la disminución de las obligaciones, tanto familiares como laborales, favorecen la sexualidad en nuestros mayores", argumenta el doctor Juan Manuel Espinosa, del Grupo de Atención al Mayor de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).

No obstante, es evidente que con la edad se producen cambios fisiológicos que repercuten en la vida sexual de hombres y mujeres, circunstancia que no impide que un 60 por ciento de las personas mayores reconozca mantener relaciones sexuales con frecuencia. Con el paso de los años son inevitables los cambios fisiológicos en los órganos sexuales, lo que unido a determinadas enfermedades (artritis, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, etc.), el consumo de medicamentos y la educación sexual recibida justifica ciertas modificaciones que se producen en el comportamiento sexual de las personas mayores. "Sin embargo", reitera el doctor Espinosa, "estos cambios no condicionan obligatoriamente el cese de la actividad sexual, sino que exigen una adaptación del comportamiento sexual".

Las disfunciones sexuales que presentan con más frecuencia los pacientes mayores son la eyaculación precoz y la disfunción eréctil en el caso de los varones, y la falta de deseo sexual y el coito doloroso o frustrado (dispauremia) en las mujeres. "Aunque es muy frecuente que el sexo sea aún un tema tabú para estas personas, nos suelen plantear la situación a través de preguntas o cuestiones indirectas que hay que saber reinterpretar", explica el doctor Espinosa. En este sentido, añade, "son las mujeres las que en la mayoría de los casos consultan también por los problemas sexuales de sus maridos".

Por otro lado, son normales ciertas modificaciones del patrón sexual como la disminución del número de coitos, "pero conforme avanza la edad lo más importante es la sed de piel, es decir, los abrazos, las caricias o momentos de intimidad, que también son motivo de placer", comenta el doctor Espinosa. En cualquier caso, continúa, "a partir de cierta edad se trata de optimizar la calidad de la relación de pareja más que la cantidad de sexo".