La edad de inicio de la diabetes infantil se adelanta y aparece, en muchos casos, antes de los cinco años

Una serie de factores genéticos, epidemiológicos y ambientales, combinados entre sí, aumentan la predisposición a desarrollar la enfermedad

Los casos de diabetes infantil han aumentado en los últimos años, pero sobre todo se ha adelantado la edad en la que aparece la enfermedad. "Hoy día se observan muchos casos antes de los cinco años, cuando anteriormente lo más habitual era que la enfermedad irrumpiera en torno a la pubertad", asegura la doctora Beatriz García Cuartero, pediatra especialista en Endocrinología infantil y responsable de la Unidad de Diabetes Infantil del Centro Médico d-médical.

Los motivos de este adelanto no están claros, señala la especialista. "Aún desconocemos las causas exactas que dan origen a una diabetes tipo 1, que es el tipo que padecen la casi totalidad de los niños. Se sabe que existen una serie de factores genéticos, epidemiológicos y ambientales que, combinados entre sí, aumentan la predisposición a desarrollar la enfermedad. Pero no hay factores claros determinantes, por lo que no podemos saber tampoco cómo prevenirla". Algunos estudios –añade la doctora- "apuntan a los beneficios de la lactancia materna para su posible prevención, pero todavía no hay datos concluyentes".

Efectivamente, en los últimos años se viene observando un aumento en la incidencia de diabetes tipo 1 en niños menores de cinco años. "Incluso se ve cómo se presentan muchos casos en bebés con pocos días o meses de vida", apunta la doctora García. En España se cifran actualmente en 1.100 los casos nuevos de diabetes infantil cada año, por lo que la estimación de menores de 15 años afectados por esta dolencia supera los 30.000.

Señales de sospecha

Diagnosticar la enfermedad a estas edades tempranas es complejo. "Cuanto más pequeño es el niño, más difícil es la detección. Las señales de sospecha pueden ser inespecíficas como la presencia de  vómitos o decaimiento general, pero es muy difícil para los padres saber que pueden ser atribuibles a una diabetes. El beber y orinar mucho o despertarse por la noche a orinar son otros de los síntomas que se presentan con mayor frecuencia y pueden ser las señales clínicas que alerten a los padres", señala esta especialista.

En el peor de los casos, la diabetes puede aparecer súbitamente con una cetoacidosis diabética, un aumento muy importante de los niveles de glucosa en sangre como consecuencia de la falta de insulina en el organismo, que origina un coma diabético y puede llegar incluso a poner en peligro la vida del niño.

La angustia de los padres

Tras el diagnóstico, el paso más difícil es adaptarse a la nueva situación. Tanto el niño como sus padres deben aprender a convivir con la enfermedad. "Los padres suelen encontrar el principal problema en el colegio, porque ven indefenso a su hijo y no encuentran en la escuela apoyos suficientes para seguir el tratamiento. Es duro observar cómo, en muchos casos, uno de los padres se ve obligado a dejar de trabajar para cuidar a su hijo diabético, y hoy por hoy es la madre quien suele dar ese paso", afirma la doctora.

Uno de los retos más importantes en estos momentos es hacer una labor de sensibilización en los colegios, involucrando a los profesores en el conocimiento y en el manejo de la enfermedad en estos niños. La educación diabetológica de padres, pacientes y profesores es una necesidad y una obligación en esta enfermedad. "Puede desquiciar y alterar psicológicamente a todo el entorno familiar del niño", añade la doctora García Cuartero. "Es impensable el abordaje de esta enfermedad en un niño diabético si no se cuenta con médicos, enfermeras educadoras y psicólogos de patología infantil que ayuden a los padres y a los profesores a entender y participar en el control de la enfermedad de su hijo".