La contaminación cerca de las escuelas aumenta los problemas de salud en los niños

La contaminación atmosférica es un problema mundial que provoca, indirectamente, cerca de 20.000 muertes prematuras al año en nuestro país. Dentro de las limitaciones en emisiones de gases nocivos a la atmosfera, España supera, con un valor medio de 29 µg/m³, el umbral de seguridad marcado en 20 µg/m³ por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Actualmente, el principal culpable del aumento de la contaminación ambiental que respiramos constantemente es el tráfico rodado. Partículas en suspensión, dióxido de nitrógeno, ozono troposférico, dióxido de azufre, entre otras, son algunas de las partículas que exhalamos constantemente en las ciudades.

Esta mezcla de sustancias provoca efectos negativos e incluso mortales en la población. Los más afectados, los enfermos crónicos, los menores de 15 años y los mayores de 65.

"En la infancia la contaminación se relaciona sobre todo con más patologías respiratorias y asma, que a largo plazo pueden traducirse en enfermedades respiratorias cardiovasculares" afirma el doctor Sánchez-Solís, presidente de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP).

Aunque la relación más directa se establece entre asma y niveles de contaminación, "algunos contaminantes atmosféricos pueden desencadenar crisis en los pacientes asmáticos, pero también es interesante saber que hay estudios epidemiológicos que empiezan a sugerir que la contaminación tiene relación no sólo con las crisis de asma, sino con el origen mismo de la patología y el incremento en el desarrollo de alergias", incide Sánchez-Solís.

Los niños que viven en ambientes contaminados tienen más riesgo de padecer asma, una disminución de la función pulmonar y la posibilidad de padecer una Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)  en la vida adulta.

Asimismo, diversos trabajos demuestran que vivir a menos de 100 metros de una gran vía de tráfico comporta un 50 por ciento más de riesgo de padecer efectos adversos sobre la salud respiratoria, incluso en adultos.

Estudios realizados en colegios situados en zonas muy transitadas como autovías o calles muy transitadas, comparados con otros centros más lejanos, reflejan que los niños de las zonas más expuestas a la contaminación del tráfico rodado tienen peor función pulmonar que los que están en áreas de menor nivel de polución.

Ante estos resultados la SENP cree razonable proponer una reducción del tráfico rodado en las zonas próximas a los colegios. Un ejemplo de ello es la legislación de California, que prohíbe la construcción de nuevas escuelas a menos de 300 metros de carreteras de tráfico intenso.